El presidente de EEUU, Donald Trump, anunció este jueves un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás, alcanzado en Egipto, que está a la espera de la aprobación definitiva del gabinete de seguridad israelí para entrar en vigor. La ratificación del pacto pondrá en pausa una ofensiva de dos años que ha dejado más de 67.000 víctimas palestinas.
El acuerdo contempla varias fases clave: un intercambio de rehenes israelíes por prisioneros palestinos en las primeras 72 horas, la retirada parcial de las fuerzas israelíes y la entrada masiva de ayuda humanitaria al enclave. Aunque no hay fecha confirmada para la liberación de los rehenes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sugerido que podría ocurrir el «lunes o martes». El Gobierno israelí ha aclarado que, si bien liberará prisioneros palestinos, entre ellos no se encontrarán figuras de alto perfil como el líder de Fatah, Marwan Barghouti.
Este pacto representa la primera fase del llamado «plan Trump», un marco diseñado por el presidente estadounidense para poner fin al conflicto. «Me enorgullece anunciar que Israel y Hamás han firmado la primera fase de nuestro plan de paz. Esto significa que todos los rehenes serán liberados muy pronto e Israel retirará sus tropas», detalló Trump en su red social.
Dentro del acuerdo se creará un grupo de trabajo internacional, formado por los mediadores —Estados Unidos, Catar, Egipto y Turquía— junto a Israel, para localizar los cuerpos de los rehenes fallecidos en Gaza.
Reacciones y situación sobre el terreno
La comunidad internacional, con Egipto y Arabia Saudí a la cabeza, ha calificado el acuerdo de «paso histórico», pero advierte de su fragilidad si no se aborda la creación de un Estado palestino. El anuncio ha sido recibido con celebraciones en Israel y Gaza, aunque la incertidumbre persiste. Horas antes del pacto, los ataques aéreos israelíes continuaron, dejando diez muertos y 49 heridos, según el Ministerio de Sanidad gazatí.
La crisis humanitaria sigue siendo extrema. La ONU ha declarado oficialmente la hambruna en el territorio, donde más de 2.600 palestinos han muerto intentando conseguir alimentos desde enero. Ante la inminente tregua, la Defensa Civil de Gaza ha pedido a la población que evite desplazarse para no cruzarse con las tropas israelíes.
El futuro político de Gaza
El acuerdo también abre un debate sobre la futura administración del enclave. La propuesta de Trump contempla un organismo internacional supervisado por Estados Unidos, en el que participaría el ex primer ministro británico Tony Blair. Sin embargo, Hamás y varios países árabes rechazan esta idea y proponen en su lugar una administración tecnócrata palestina, con el respaldo de la Autoridad Nacional Palestina y otros gobiernos de la región.
El pacto también genera divisiones en la coalición del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Mientras él lo considera un «éxito diplomático», sus socios de ultraderecha, como el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, amenazan con oponerse si no se desmantela por completo la estructura militar de Hamás. Pese a ello, fuentes gubernamentales han indicado a la agencia Reuters que la votación del gabinete es un mero trámite, ya que el acuerdo cuenta con un visto bueno preliminar.
La ayuda humanitaria, clave en el acuerdo
Uno de los pilares del alto el fuego es el aumento del flujo de ayuda humanitaria, con la previsión de hasta 600 camiones diarios de alimentos, medicinas y combustible. Durante el conflicto, Israel ha sido acusado de bloquear esta ayuda, mientras que Tel Aviv ha responsabilizado a Hamás de impedir su reparto. Organizaciones como el Consejo Noruego para los Refugiados advierten que el plan solo tendrá éxito si se permite que todos los grupos humanitarios reanuden sus operaciones sin trabas.
