Emiliano Jiménez, director y creador de la Sala de las Tortugas de la Facultad de Ciencias, invitó a los lectores a que pusieran dibujos a dos de sus ‘Ocurrencias’. Iván, Patrica y los niños de 3º de E.P. de Cabrerizos ‘cogieron el guante’ y aquí se puede ver cómo han visto ellos la Era Terciaria, el Cenozoico.
Hace unas semanas nuestro incansable «cronista» Emiliano Jiménez, al regalarnos su «ocurrencia» titulada «Lagarto, lagarto», invitaba a sus lectores a enviarle dibujos referentes al mismo. ¡Sólo recibió 2!
En vista de lo cual repitió el ofrecimiento dando como tema «La tortuga y la hiena».
¡Ahora si tuvo más éxito en su demanda: ¡18 dibujos!». Claro que todo hay que decirlo: se debió al entusiasmo de Domi Gómez Sánchez, profesora del CEIP Pablo Picasso, de Carbajosa de la Sagrada, que así lo propuso a sus alumnitos de 3º de E. P. y estos aceptaron el reto con gran ardor.
Es evidente que los niños ven el mundo de un modo diferente a como lo apreciamos los menos niños. El algunos casos su percepción singular permanece vigente al crecer y suponemos que así nacieron y siguen naciendo muchos estilos artísticos modernos, en gran parte incomprensibles para mentes que perdieron esa sensibilidad al madurar (o que no la tuvieron nunca).
Recordad aquella magnífica película hispano-europea «El cebo», de Ladislao Vajda (el famoso director de «Marcelino Pan y Vino»), protagonizada por Heinz Ruhman. En ella, un inspector de policía, jubilado, descubre al infanticida por un dibujos surrealista de la víctima, que le explica otro niño.
Hay que aclarar lo que quieren decir estos artistas del futuro en sus dibujos surrealistas, para una mejor comprensión de los lectores.
Los dos dibujos de «Lagarto, lagarto» aluden, uno, a la cabalgata que organizó el embajador turco ante Carlos III, allá por 1780 en Madrid, en la que figuraban dos sorprendentes camellos «de dos jorobas» y dos cocodrilos; el otro, más difícil de entender por sí mismo, alude a las monjitas, subidas en sillas, aterrorizadas ante la presencia en la capilla de un lagarto verde.
De los 18 de «La tortuga y la Hiena» hay uno, divertidísimo, que retrata a dos paleontólogos, seguramente Emiliano Jiménez y Santiago Martín, restaurando la tortuga gigante que está en la entrada de la Facultad de Ciencias. Los otros 17 representan, con mayor o menor fortuna, a una estereotipada hiena mordiendo la cabeza o pata del cadáver «panza arriba» de la gran tortuga.
No os perdáis los dibujos. ¡Merece la pena ver como la imaginación florece en las mentes de nuestros retoños, a nada que se les estimule! Por nuestra parte, pensamos seguir haciéndolo.
Pueden ver los 18 dibujos, AQUÍ.
