La dramaturga y directora de escena Helena Pimenta recibió este jueves el Premio de Honor de la primera edición de los Premios de Artes Escénicas de Castilla y León, un certamen que nace con el objetivo de reconocer y poner en valor el talento y la creatividad de los profesionales del teatro, la danza y el circo de la Comunidad.
Tamara Rubio Martínez / ICAL. Durante la gala, celebrada en el Teatro Principal de Burgos, Pimenta calificó este reconocimiento como “un honor” que le “honra muchísimo”, especialmente por tratarse de la primera edición, en su tierra y rodeada de sus compañeros. “Supone una gran responsabilidad, pero también una enorme alegría”, afirmó emocionada, minutos antes del inicio del acto. Pimenta explicó que recibe el galardón “con mucha ilusión y alegría” y que le servirá “para sentirse muy orgullosa de este recorrido”.
En su intervención, la directora de escena reflexionó sobre el estado actual de las artes escénicas y señaló que “todavía no se han conseguido paliar las enormes dificultades que atraviesa la profesión”. A su juicio, “los trabajos profesionales se desarrollan en condiciones de enorme precariedad” y eso “exige un compromiso por parte de todas las instituciones y también de quienes estamos dentro”. Pimenta recordó que, aunque el público “asiste con mucha ilusión” y las artes escénicas viven un buen momento, “hay que hacer comprender que detrás hay muchísimo trabajo y que no son casualidades”.
La dramaturga subrayó que se trata de profesiones “que hay que defender con muchísima contundencia”: «Si no, perderemos cosas importantes, ya que la gente se cansa y es difícil crear en esa circunstancia”. Añadió que, después de tantos años de experiencia, le gustaría que “la profesión tuviera el camino un poquito más aliviado”, porque “si no, mucha gente tiene que abandonar y no se puede dedicar a ello”.
Pimenta insistió en que “institucionalmente tiene que haber conciencia” de esta situación y recordó que “no pueden salir profesionales de las escuelas y luego no los pueda absorber el mercado”. Defendió también que “la propia sociedad tiene que tomar conciencia de lo que cuesta construir una carrera creativa”, una tarea que ha calificado de “muy difícil” y que “exige una dedicación enorme”. “No somos gente que busque ganar dinero, nos interesa el camino que hemos decidido hacer”, manifestó. En su opinión, el problema no es de queja, sino “de información y de conocimiento por parte de la sociedad”, que “debe reivindicar a sus creadores”.
Dirigiéndose a los niños, niñas y jóvenes que sueñan con dedicarse al teatro, Pimenta les animó a tener “una infancia y una juventud lo más creativa posible” porque “eso es algo saludable”. Y si realmente quieren dedicarse a las artes escénicas, les invitó a “defender su ilusión como sea”. “Nosotros, como profesionales, tenemos la obligación de luchar también contra la precariedad, informando, sensibilizando y exigiendo a las instituciones. Eso habla de madurez en una sociedad, y espero que nuestros jóvenes lo tengan un poco más fácil”, concluyó.
Por su parte, el actor José Antonio Sayagués, presente en la ceremonia, quiso dedicarle unas palabras de afecto y admiración. Dijo que estaba allí “acompañando a una diosa del teatro”, comparando a Pimenta con “Atenea, que ha bajado de los cielos y se ha hecho carne y vergonas”. Así, expuso que le une a ella “una amistad muy grande desde hace muchos años” y confesó con humor que no quería precisar cuántos “para que no se sepa la edad” de ninguno de los dos.
Sayagués destacó que “lo poco» que sabe del mundo del teatro se lo debe a ella, porque aprendió de Pimenta “esa magia a la hora de construir un texto, de colocarlo encima de un escenario, de defenderlo, de dirigir a los actores y de conseguir que la máscara entre dentro de ellos hasta transformarlos en actor y personaje”. Apuntó, además, que “ella tiene esa magia especial, esa disciplina y ese sentido del poder que da el ser consciente de que está segura de lo que tiene”, y que “posee una gran sabiduría en todo esto”.
El actor se mostró especialmente emocionado por vivir esta celebración en su tierra: “Estar aquí es un privilegio porque estoy en mi casa, en mi tierra. Es maravilloso que se haga este festival de reconocimientos porque en otras comunidades se hace y ya es hora de que aquí también. Hay que defender lo nuestro, nuestros actores, actrices, directores y autores, porque valemos y tenemos talento”. Sayagués pidió “a toda la profesión y también a las fuerzas políticas que apoyen lo más posible, y a todos los niveles, también económico, porque es nuestro y hay que defenderlo”.
La gala fue conducida por los actores Eva Manjón y César Catalina, quienes expresaron su emoción por presentar este acontecimiento histórico. Manjón, burgalesa, actriz y productora, aseguró: «Para mí es un honor estar hoy aquí, en nuestro Teatro Principal, que además me vio dar mis primeros pasos como artista; de verdad es como un sueño cumplido presentar la primera edición de los premios de las artes escénicas en mi tierra, en mi teatro. Estoy muy contenta y emocionada”.
Por su parte, César Catalina subrayó que “es un orgullo, un placer y una gran responsabilidad participar en esta primera gala de los Premios de las Artes Escénicas de Castilla y León”. “Estamos en el año 2025 y llevamos 2.000 años sobreviviendo como artes escénicas. El teatro existe desde hace dos milenios y es la primera vez que celebramos el talento de la Comunidad. La dimensión de esto es brutal”, dijo.
Catalina reflexionó también sobre la necesidad de que Castilla y León se reconozca como tierra de creación: “Tenemos que adquirir conciencia de esta dimensión. Somos humildes en esta Comunidad, pero tenemos que preguntarnos por qué se ha tardado tanto. Todos tenemos responsabilidad: los que nos dedicamos a esto, los que subimos al escenario, los que enseñamos, nuestros alumnos y también los políticos que toman decisiones. Las artes son lo que nos dan la vida a lo largo del tiempo”.
Los presentadores coincidieron en defender la descentralización cultural y señalaron que “las artes escénicas, la danza o el circo no deben centralizarse en Madrid”, porque “Castilla y León lleva décadas, siglos, con compañías muy importantes a nivel escénico”. “A veces el enorme patrimonio histórico fagocita las artes de suelo, de escenario, pero hoy empieza algo importante y tenemos que estar orgullosos. Que esta sea la primera de muchas ediciones y que nunca más vayamos para atrás”.
La primera edición de los Premios de Artes Escénicas de Castilla y León marca así un hito en la historia cultural de la Comunidad, al reunir en Burgos a figuras destacadas del teatro, la danza y el circo, en una jornada que combinó celebración, reconocimiento y compromiso con el futuro de la creación artística.





















