La investigación sobre la muerte del fundador de Mango, Isak Andic, ha dado un giro radical. Lo que inicialmente se consideró un trágico accidente de montaña es ahora un presunto homicidio, y los Mossos d’Esquadra centran sus sospechas en su hijo, Jonathan Andic, la única persona que le acompañaba cuando se precipitó al vacío en Montserrat el pasado 14 de diciembre de 2024.
Según ha adelantado El País y ha confirmado la Cadena SER, el juzgado de instrucción número 5 de Martorell (Barcelona) ha modificado la carátula del caso de muerte accidental a posible homicidio. La decisión se basa en las «incongruencias» detectadas en las declaraciones del propio Jonathan, así como en los testimonios de personas cercanas a la familia.
Una de las declaraciones clave ha sido la de la golfista profesional Estefanía Knuth, pareja sentimental del empresario en el momento de su fallecimiento. Según fuentes de la investigación, Knuth habría revelado que la relación entre padre e hijo era mala, un testimonio que ha alimentado las dudas de los investigadores.
La familia defiende la inocencia de Jonathan
En un comunicado a El País, la familia Andic ha expresado su «respeto» por el proceso judicial y ha asegurado que seguirá colaborando con las autoridades. A su vez, han defendido la inocencia de Jonathan y se han mostrado convencidos de que «el proceso terminará lo antes posible y se demostrará».
El fallecimiento de Isak Andic supuso un fuerte impacto para Mango. Aunque ya estaba apartado de la gestión del día a día, su figura seguía teniendo un gran peso en la multinacional textil. Tras su muerte, el consejero delegado, Toni Ruiz, asumió la presidencia, mientras la familia ha optado por mantenerse en un segundo plano.





















