La fiscalía de París ha cifrado en 88 millones de euros el valor de las joyas robadas del Museo del Louvre el pasado domingo, aunque ha calificado el «daño histórico» de «inestimable». La fiscal, Laure Beccuau, advirtió que los ladrones no obtendrían esa suma ni «fundiendo las joyas», ya que su valor reside en su conjunto histórico.
Los ladrones se llevaron ocho piezas clave de las joyas de la corona francesa, entre ellas los diamantes que el Cardenal Mazarino regaló a Luis XIV. El robo ha sido comparado por historiadores con la sustracción de la Mona Lisa en 1911.
La operación, que duró solo siete minutos, ha destapado un grave fallo de seguridad. Dos de los cuatro asaltantes usaron una camioneta con montacargas para acceder a la Galería de Apolo (en la primera planta), reventaron las vitrinas y huyeron, perdiendo en la fuga la corona de la emperatriz Eugenia de Montijo.
El Louvre, el museo más visitado del mundo, reabrirá este miércoles, pero la galería afectada permanecerá cerrada. El incidente ha provocado una fuerte polémica sobre la protección de los museos franceses.
La ministra de Cultura, Rachida Dati, admitió que se trata de «un ataque grave al patrimonio», pero justificó la lentitud en las mejoras de seguridad —recomendadas en auditorías desde 2022— por la complejidad de las «reglas administrativas» para instalar kilómetros de cableado y nueva videovigilancia.





















