Otoño, verde y airoso, con cielo y tierra dispuestos a lo que reanima y a la vez sosiega. Todo limpio, más árboles que sabios y senderos sin prohibidos el paso. Los ruidos en el vertedero, lo que contamina sepultado y los depredadores repelidos. Otoño que suena a lluvia, bosque y buena gente; de campos en paz, ninguna puerta y recordarnos que, para que crezca lo nuevo, a veces hay que desprenderse de lo viejo.
Otoño de frutos nuevos, tiempo de cosecha y laboreo; percepción de sentirse liberados, desechadas las disputas y se muestre la naturaleza espléndida, indivisible y de todos. Cada estación trae riqueza y variedad, enseña a resistir y avanzar; larga senda que, recorrida libres e ilusionados, conduce a donde se elija ir. Vida que es un prodigio, sea la parte iluminada o la que espera a la sombra.
Lo que es bueno sobreviene, produce beneficio y hace fácil la existencia. Es lo malo lo que cae en terreno pedregoso y en manos de los deshonestos, gente que hace porque no se distinga lo blanco de lo negro, sacan provecho de los temores que provocan y lo usan contra quienes consideran sus enemigos. De lo bueno hay que hacer por aprender y enseñar, de lo malo por desprenderse y suprimir.
Licenciado en Geografía e Historia, exfuncionario de Correos y escritor
Aliseda, una puta coja (2018)
Lluvia de cenizas (2021)
Puesto a recobrar el aliento (2023)
Sombras en el jardín (2024)
























1 comentario en «Otoño»
Desafortunadamente, hay más desalmados al frente del cotarro político y económico que buena gente, de todas la vida. No tenemos que irnos lejos para verlo en España