El alma del Instituto Municipal de Educación fue Ana Tizón, que no se podía estar quieta y siempre estaba innovando. Cuando se cumplieron dos años de su puesta en marcha, en 1986, se adentraron en la Educación Sexual para escolares. Un asunto fundamental que hasta entonces había permanecido tabú para la comunidad educativa. La experiencia se inició con 200 chicos.
Con la Educación Sexual se acabaron las conversaciones clandestinas sobre el sexo, tan frecuentes en los patios de los colegios españoles. Grupos de 30-32 adolescentes, pertenecientes a octavo de EGB, se reunían con dos psicólogos todas las semanas, de 6 a 8 de la tarde, para hablar de sexo.
Se les informaba de la anatomía y la fisiología de los aparatos reproductores, la psicología diferencial, la opción sexual, la homosexualidad, las enfermedades de transmisión sexual, el SIDA, la planificación familiar, el embarazo en adolescentes, el control de la natalidad, la masturbación y todo cuanto necesitaban conocer aquellos chicos que comenzaban su despertar sexual.
Para asistir a los cursos era necesaria la autorización de los padres que, además, participaban activamente en la iniciativa. En las clases se explicaban las relaciones prematrimoniales, los cambios fisiológicos y psicológicos de la pubertad, la fecundación, el embarazo, el parto y el aborto.
Las charlas eran solamente informativas, sin entrar en valoraciones morales. Los centros pioneros fueron: Practicas Femenino, Gran Capitán, Luis Vives, Rufino Blanco, Rodríguez Fabrés y Rodríguez Aniceto.





















