La asamblea anual de Atenea, la asociación de apoyo a las altas capacidades intelectuales de Salamanca, sirvió para constatar los problemas a los que se enfrentan los niños que presentan estas características. “El sistema educativo suspende en su obligación para detectar y atender este potencial, lo que puede derivar en fracaso escolar, problemas sociales y emocionales, y un desaprovechamiento del talento», afirma Pilar Jiménez Sánchez, presidenta de Atenea.
Más de 50 familias participaron en el encuentro y destacaron los prejuicios que todavía persisten a la hora de identificar a estos alumnos. «La alta capacidad no es sinónimo de alto rendimiento académico, y este es uno de los principales errores que impiden una detección temprana y efectiva” puntualiza Ana Belén Lucas Hernández, vicepresidenta de la asociación.
Los participantes coincidieron en asegurar que estos escolares se enfrentan a desafíos significativos en su bienestar emocional y social que van más allá del ámbito académico. Si no se comprende su diferencia y sus necesidades específicas se sienten aislados, pueden llegar a desarrollar baja autoestima y convertirse en blanco de acoso escolar.
Por ello, Atenea insta a las administraciones educativas a tomar medidas urgentes para la identificación del alumnado con altas capacidades y a asegurar los recursos suficientes para atender a estos estudiantes y sus familias.
Con el objetivo de dar mayor fuerza a estas reivindicaciones y coordinar esfuerzos, Atenea anunció trabaja en la creación de Arquímedes, una federación que va a reunir a las diversas asociaciones provinciales de altas capacidades de Castilla y León.
«La unión hace la fuerza. Esta federación nos permitirá hablar con una sola voz ante las instituciones autonómicas, compartir buenas prácticas y optimizar los recursos para llegar a más familias y centros educativos. Es un paso fundamental para lograr cambios estructurales reales en el sistema educativo de nuestra comunidad», explica Pilar Jiménez Sánchez.
Atenea reafirma su compromiso de seguir trabajando para sensibilizar a la sociedad y colaborar con todas las instituciones, como ya hace con la Universidad de Salamanca y la Universidad Pontificia de Salamanca, para asegurar que cada estudiante con altas capacidades reciba la atención educativa y emocional que le permita desarrollar todo su potencial.




















