Las frases que no deberías decirle a tus hijos

El lenguaje y las expresiones de los padres pueden acarrear problemas en la salud mental de los niños de por vida
Una familia paseando por un entorno natural. Foto: Elina Fairytale | Pexels.

La educación de los hijos genera numerosas teorías, libros, portales especializados, terapias… Y todos ellos tienen algún en común: el uso del lenguaje es de vital importancia durante la crianza. Explicar a los niños por qué sus comportamientos son inadecuados —cuando de verdad lo son— es una de las principales recomendaciones de los expertos a este respecto.

Saber elegir las palabras y adaptar los conceptos a la comprensión del pequeño es fundamental. Y a misma importancia tiene saber qué decir y cómo que evitar el uso de ciertas frases, que el medio griego Ladylike reúne en un artículo sobre consejos de expertos para la educación de los hijos.

Algunas de las frases que deben evitarse son las siguientes:

  • No llores más, que no es nada”.- Supone negar los sentimientos del pequeño lo que, a la larga, puede dificultar su gestión emocional en la vida adulta.
  • Nunca haces nada bien”.- Frases tan lapidarias menguan la autoestima de cualquiera, más aún la de un niño que empieza a forjar su personalidad y el concepto de sí mismo, algo que le acompañará de por vida. La baja autoestima suele conducir a la frustración y el fracaso.
  • A ver si aprendes de tu hermano”.- Este tipo de comparaciones inciden negativamente en los hijos, pues a menudo reducen la confianza en sí mismos e incluso pueden potenciar la competición insana entre hermanos.
  • No me molestes, estoy ocupado”.- Esta es también una respuesta poco recomendable, en especial si no va acompañada de explicaciones claras sobre por qué los adultos no están disponibles en un momento concreto. Hacer que el niño se sienta como ‘una molestia’ puede menguar su autoestima debido a la falta de predisposición emocional por parte de quienes deben proporcionarle cuidados.
  • O comes la comida, o ya no te quiero”.- Los comentarios a la hora de comer deben ser también muy medidos. Frases con consecuencias tan negativas como estas pueden llevar al niño a desarrollar una mala relación con la comida lo que, tanto durante la infancia como en la edad adulta, puede causarle problemas de salud mental vinculados con la alimentación.

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