Opinión

Con ganas de acertar

Foto: Pixabay

No ser poeta y hacer poesía no es un prodigio, son ganas de recrear ilusiones, alentar esperanzas y que un enjambre de moscas se convierta en racimo de mariposas. Es estirarse para tocar el cielo, poner colores en lo desteñido y hacer un mar de una gota de agua. Bueno es convertir el desvelo en sueño, se recobre lo que se dio por perdido y lo malo dure menos que un suspiro. Poesía es lo que el corazón quiere y merece hacerse.

Es fácil acertar cuando se luce una flor en el ojal, te vistes del color de la ilusión o compartes los buenos momentos con quienes quieres. Nunca faltan motivos para el contento y el entendimiento, dar la bienvenida a lo nuevo y se haga la luz donde hay oscuridad, vivir de entusiasmarse con la honestidad y la lealtad, aplaudir la gratitud y lo sencillo, alzarse contra la arrogancia y la traición.

Y es verdad que el escritor debe hacer por poner en evidencia el poder, denunciar a quienes lo ejercen en provecho propio y animar a los que lo emplean en beneficio del bien común; sin embargo, tanto relacionar lo de cada día con la política, harta. Bueno es lanzar una mirada despreocupada alrededor, poner una sonrisa en la boca y saludar simpáticos a quienes nos cruzamos. Los sueños y las buenas intenciones permanecen cuando se está en camino para que se cumplan.

Licenciado en Geografía e Historia, exfuncionario de Correos y escritor


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