Las redes sociales se llenan estos días de publicidad sobre un producto innovador, uno de esos que tal vez sea una moda pasajera o que quizá haya llegado para quedarse (el tiempo lo dirá). Se trata de caramelos con palo, es decir, con formato de chupachús que, bajo la denominación de Piruletas Neón se ofrecen como la golosina que “arrasa” en “todas las discotecas”. La marca que lo comercializa también lo denomina “chupaluz”.
El caramelo esférico cuenta con un palo diferente y deja atrás el tubito de plástico o de papel de los convencionales para dar paso a un tubo translúcido con material fluorescente dentro que, cuando se dobla, comienza a brillar. En las fiestas y ferias de casi todos los pueblos de España se ve desde hace décadas este material, aunque en forma de pulseras, collares o sin golosina.
El neón desprende luz al doblarse e ilumina el rostro mientras se degusta. Entre los sabores que se comercializan están el de mora azul, manzana y cereza. En cuanto a la luz, hay también tres tonos: verde, azul y rojo. Se pueden adquirir al por mayor en cajas de 24 unidades pensadas para fiestas y eventos.
