Donald Trump ha puesto el cronómetro en marcha. El presidente de Estados Unidos ha dado a Volodímir Zelenski un plazo de apenas siete días —hasta el próximo jueves, Día de Acción de Gracias— para responder al plan de paz de 28 puntos diseñado conjuntamente por Washington y el Kremlin. En una entrevista en Fox Radio, el líder republicano ha sido tajante: es el «momento apropiado» para que Ucrania decida si cruza sus propias líneas rojas.
Es la primera vez que Trump habla públicamente sobre un documento que su secretario del Ejército, Dan Driscoll, presentó personalmente este jueves en Kiev. La propuesta exige sacrificios que hasta ahora eran impensables para el Gobierno ucraniano: la cesión oficial de la provincia de Donetsk a Rusia (incluidas zonas no ocupadas actualmente), la renuncia definitiva a la OTAN y una drástica reducción de sus fuerzas armadas.
La encrucijada de Zelenski: «Dignidad o supervivencia»
La respuesta de Kiev no se ha hecho esperar y refleja la angustia del momento. En un mensaje a la nación, Zelenski ha reconocido que el país se enfrenta a «uno de los momentos más difíciles de su historia». El presidente ucraniano ha definido la situación como un dilema existencial: «Elegir entre perder nuestra dignidad o perder a un aliado importante».
Zelenski se ha comprometido a estudiar la propuesta con «calma y rapidez» para no dar excusas a quienes dicen que Ucrania no quiere la paz, pero ha advertido de las consecuencias de rechazar el plan estadounidense: «O aceptamos esos 28 puntos difíciles o nos espera un invierno extremadamente duro, quizás el más duro, viviendo sin justicia». A pesar de la inmensa presión, ha prometido no traicionar el interés nacional: «No traicionamos a Ucrania cuando nos invadieron y no lo haremos ahora».
Europa contiene la respiración y Moscú guarda silencio
Mientras Estados Unidos aprieta las tuercas a Kiev, el tablero internacional se mueve. Según Reuters, la presión de Washington es total para cerrar este marco de negociación. Por su parte, Rusia juega al despiste: el Kremlin asegura oficialmente «no haber recibido» el plan, aunque insta a Zelenski a negociar de inmediato.
En el otro lado, las principales capitales europeas —París, Berlín y Londres— cierran filas con el líder ucraniano. Los socios europeos han expresado su preocupación y exigen que no se tome ninguna decisión irreversible a espaldas de Ucrania y de la Unión Europea, temiendo un acuerdo cocinado exclusivamente entre las dos superpotencias.




















