Salamanca fue protagonista en el programa de televisión Batalla de Restaurantes emitido el martes, resulta inevitable preguntarse si este tipo de programas están pensados para celebrar la gastronomía o, más bien, para convertirla en un espectáculo televisivo donde lo esencial -la comida, el oficio y el respeto- queda relegado a un segundo plano. Porque de la cocina salmantina, que tanto y tan bien aporta, se habló muy poco. En su lugar se ofreció una sucesión de escenas tensas, críticas excesivas, rivalidades y gestos poco afortunados que no representan en absoluto la realidad del sector hostelero de nuestra provincia.
Desde Por Salamanca queremos reivindicar el verdadero valor de la restauración salmantina. No hablamos solo de cuatro restaurantes en un programa, sino de cientos de establecimientos repartidos por toda la capital y la provincia, negocios familiares, proyectos consolidados y nuevas propuestas que conviven gracias al esfuerzo diario de profesionales que saben lo que significa trabajar duro, formarse, innovar y mantener vivo el legado culinario de Salamanca.
Nuestra provincia es un referente gastronómico precisamente porque esos cientos de restaurantes -grandes, medianos, modestos o de larga tradición- tratan el producto con delicadeza, respetan la materia prima, cuidan el detalle y se esfuerzan por ofrecer calidad en cada plato. Desde las carnes y embutidos de nuestra tierra hasta la cocina de vanguardia que hoy florece en muchos rincones de Salamanca, lo que define a nuestra hostelería es la honestidad, el mimo, la profesionalidad y un profundo respeto por quien se sienta a la mesa.
Por eso rechazamos que se intente reducir este patrimonio culinario a un formato sensacionalista que busca provocar enfrentamientos entre profesionales, forzar tensiones artificiales y exponer fallos antes que virtudes. Ese no es el espíritu de la hostelería salmantina, ni tampoco la imagen que merece ser proyectada. La gastronomía no es un combate, ni un ring, ni un escaparate para la confrontación. La gastronomía es encuentro, diálogo, experiencia, cultura y trabajo bien hecho.
Eso sí: también creemos que las formas y la educación deben ser siempre el baluarte del oficio. La hostelería se sostiene en la cortesía, en el respeto mutuo, en la convivencia entre colegas incluso cuando las opiniones difieren. La imagen del sector no se construye solo con el plato que llega a la mesa, sino también con la actitud de quienes lo elaboran, lo sirven y lo representan ante el público.
La gastronomía salmantina es mucho más amplia, más variada y más honesta que lo que se mostró en ese programa. Detrás de cada restaurante salmantino hay personas que madrugan, que apuestan por el producto local, que innovan sin perder la raíz, que cuidan a su clientela y que dejan en cada servicio parte de su esfuerzo y de su vida.
Por todo ello, desde Por Salamanca continuaremos defendiendo, reconociendo y apoyando a la hostelería salmantina en toda su extensión. Seguiremos poniendo en valor la calidad, la profesionalidad y el talento de quienes, día a día, hacen posible que comer en Salamanca siga siendo un orgullo para quienes aquí vivimos y un descubrimiento para quienes nos visitan. Porque nuestra gastronomía merece ser contada desde la verdad, no desde el espectáculo.
Por. Chenche Martín Galeano, líder de Por Salamanca
2 comentarios en «En defensa de la cocina salamantina»
Comentario y reflexión muy acertada
???
Titular el artículo como «En defensa de la cocina salAmantina» es como añadirle salsa de ajo al tostón.