El Consejo de Ministros aprobará este martes el ascenso a general de Rafael Yuste, hasta ahora coronel jefe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
Este movimiento administrativo conlleva una consecuencia inmediata: el relevo obligatorio de Yuste al frente de la unidad de élite que investiga las tramas de corrupción más sensibles del momento, como el ‘caso Koldo’ o la causa que afecta a Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno.
Investigaciones de alto perfil
La salida de Yuste se produce en un momento de máxima actividad para la UCO. Además de las causas mencionadas, la unidad mantiene abiertas las pesquisas sobre una presunta trama de mordidas en la Diputación de Almería. Asimismo, ha sido la encargada de las diligencias solicitadas por el Supremo en torno a Álvaro García Ortiz, el ex fiscal general del Estado recientemente condenado por revelación de secretos, en el que la UCO presentó un informe tendencioso y poco consistente tras no encontrar pruebas concluyentes contra el exfiscal general.
La postura de Interior
Frente a las críticas que acusan al Ejecutivo de querer «descabezar» a la UCO en mitad de estas investigaciones, el Ministerio del Interior defiende la normalidad del proceso. Argumentan que el propio Yuste solicitó realizar el curso de capacitación para ascender a la cúpula de la Guardia Civil y que, al cumplir los requisitos, tiene derecho a promocionar.
Desde el Gobierno insisten en que este ascenso —Yuste es el número 1 de su promoción en este ciclo— no implica ninguna injerencia política en la labor policial, recordando que es un procedimiento reglado que ya se ha aplicado a otros mandos recientemente.
Refuerzo de la unidad
Para contrarrestar las dudas sobre el compromiso con la lucha contra la corrupción, el ministro Fernando Grande-Marlaska ha recordado cifras recientes: bajo su gestión, la UCO ha pasado de tener 300 efectivos a superar los 550 agentes, duplicando casi su plantilla y su presupuesto operativo.





















