Adornan, en algunas ocasiones, no siempre, embellecen, pero lo que sí hacen es contar historias de la ciudad en la que se asientan. Hablamos de las esculturas, que como señala la concejala socialista María García en el ruego presentado en el pleno municipal «no son simples elementos decorativos, son la memoria viva de quienes han construido, con su arte, la identidad de nuestra ciudad. Cada autor dejó en ellas su mirada, su historia y su firma», puntualiza García.
La concejala socialista señala en su ruego que las esculturas salmantinas no están identificadas con la firma de los artistas que las concibieron. «La mayoría de nuestras esculturas siguen sin identificar a sus creadores. No hay placas, o están incompletas, mal ubicadas o directamente invisibles. Desde el Verraco del Puente Romano hasta las esculturas de la Alamedilla, Comuneros, Picasso, Liceo, Canalejas, Santa Teresa, la plaza del Mercado o el entorno del Palacio de Congresos, las obras están ahí… pero sus autores permanecen en la sombra», denuncia María García.
Artistas como Agustín Casillas, Venancio Blanco, Fernando Mayoral, Narcisa Vicente, Eduardo Barrón y muchos otros han dejado en Salamanca un legado que merece ser reconocido. «Incluso cuando se ha intentado corregir esta carencia -como en la escultura del Lazarillo, al lado del Puente Romano- el resultado ha sido una placa de metacrilato blanco, mal situada y poco respetuosa con la obra y su entorno», matiza la concejala socialista en su ruego.
Por todo ello, desde la bancada del PSOE solicitan que se realice un estudio exhaustivo de todas las esculturas de la ciudad y que se instalen placas adecuadas, integradas y visibles que recojan el nombre del autor y el título de la obra, «como establece la Ley de Propiedad Intelectual y como exige el respeto al patrimonio artístico de Salamanca», puntualiza García.





















