El empresario salmantino Silvestre Sánchez Sierra ha muerto a los 88 años este viernes 5 de diciembre.
Desde su sector empresarial, la asociación de Hostelería Charra y su presidente, Fernando Castillo Rodríguez, quieren expresar su profundo pesar por el fallecimiento de Silvestre Sánchez Sierra, empresario salmantino de hostelería y figura imprescindible en la historia reciente de nuestro sector.
“Hoy la hostelería salmantina pierde a uno de sus grandes referentes. Silvestre Sánchez Sierra llevó el nombre de Salamanca a Barcelona y al mundo con orgullo, con trabajo y con una forma única de entender la hospitalidad. Para muchas generaciones de hosteleros ha sido un espejo donde mirarse: un hombre que nunca olvidó sus raíces, que presumía de su tierra y que hacía de cada comida un acto de amistad. Desde la Asociación de Hostelería Charra nos unimos al dolor de su familia, de sus amigos, de su equipo en el Restaurante Salamanca y de toda la hostelería que hoy se viste de luto. Su ejemplo, su carácter y su amor por Salamanca permanecerán siempre en nuestra memoria», señala Fernando Castillo, presidente de la asociación Hostelería Charra.
Alfonso Fernández Mañueco, presidente de la Junta de Castilla y León, comparte un mensaje a través de sus redes sociales: «Nos ha dejado mi querido amigo Silvestre. Hombre bueno, generoso y profundamente salmantino. Desde Barcelona llevó siempre a Salamanca en el corazón. Una pérdida inmensa. Mi abrazo y más sentido pésame a sus hijos Javi y Ángel, al resto de su familia y a sus amigos».
Desde el Ayuntamiento de Salamanca lamenta el fallecimiento del empresario y filántropo salmantino Silvestre Sánchez Sierra, distinguido con la Medalla de Oro en el año 2009 y pregonero de las Ferias y Fiestas en el año 2007, por una brillante trayectoria profesional fruto de una fuerte convicción por el esfuerzo y el trabajo desde que era un niño.
Asimismo, el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, traslada sus condolencias a la familia y allegados de Silvestre Sánchez Sierra, reconociéndolo como “uno de los mejores embajadores de la marca Salamanca dentro y fuera de nuestra tierra”. Por este motivo, el Consistorio salmantino le dedicó una calle agradeciéndole su compromiso con el tejido económico y las causas sociales en la ciudad, y por su profundo cariño y respeto por la capital del Tormes.
