La tasa de infecciones respiratorias agudas en Castilla y León, y en toda España, continúa aumentando. Esta semana se han alcanzado 741 casos por 100.000 habitantes, y en el caso concreto de la gripe, 117 por 100.000. Todo apunta a que el pico de incidencia llegará en aproximadamente un mes, coincidiendo con las navidades -antes que en temporadas previas- debido a la irrupción del virus A(H3N2), subclase K, una variante más contagiosa que presenta siete mutaciones capaces de esquivar parcialmente la inmunidad generada por infecciones o vacunas previas y de mejorar su capacidad de transmisión.
Aunque el nivel global de intensidad aún se clasifica como bajo, ya se aprecia un aumento significativo de consultas en urgencias en todos los grupos de edad, así como un incremento de hospitalizaciones en menores de 5 años y mayores de 75. Esta presión asistencial puede resultar especialmente problemática en hospitales que mantienen camas cerradas. Los centros de salud tampoco escapan: la sobrecarga asistencial es evidente y va a seguir creciendo las próximas semanas.
¿Qué síntomas produce esta variante?
A los ya conocidos —dolores musculares, fatiga, congestión nasal y tos— se suma un rasgo distintivo: fiebre alta durante las primeras 24-48 horas. Por ello, los médicos recomiendan iniciar el tratamiento sintomático desde el primer día, sin esperar a que el cuadro avance.
¿Qué hacer si nos contagiamos?
El sentido común sigue siendo la mejor guía. Estas medidas ayudan tanto a la recuperación como a frenar la transmisión:
- Evitar acudir a Urgencias salvo que sea estrictamente necesario por una mala evolución en las primeras 48 horas.
- Aislarse en casa si hay fiebre o tos intensa y usar mascarilla para proteger a nuestros familiares, convivientes o cuidadores.
- Beber agua abundante para mantenerse hidratados. Los zumos también ayudan. Huir de bebidas alcohólicas.
- Descansar y utilizar medicación sintomática como paracetamol o ibuprofeno, para controlar la fiebre y los dolores musculares; están disponibles en cualquier farmacia.
Si pese a ello no hay mejoría, o si pertenece usted a un grupo de riesgo -mayores de 60 años, niños menores de ocho, embarazadas o personas de cualquier edad con enfermedades crónicas- lo adecuado es consultar con su médico de familia, que está siempre accesible en su centro de salud.
¿Estamos aún a tiempo de prepararnos?
Sí, sin ningún género de duda. Para reducir el riesgo individual y evitar un previsible colapso sanitario, tres medidas sencillas, al alcance de todos, son esenciales:
- Vacunarse.
- Usar mascarilla, especialmente en interiores concurridos, e incluso en las reuniones familiares de las navidades si es preciso, para evitar contagiar a niños, padres y abuelos, que son población de riesgo. ¡Tengamos las fiestas en Paz!
- Evitar las aglomeraciones en el transporte, espectáculos, centros comerciales, actos religiosos… cuando sea posible.
Seguir estas recomendaciones no solo nos protege a nosotros y a quienes nos rodean; también es un acto de responsabilidad colectiva hacia el sistema sanitario. Un sistema que cuidamos poco y solemos valorar únicamente cuando lo necesitamos, pero que -como el médico de familia- siempre está ahí, sosteniéndonos. Precisamente para seguir disfrutando de ese privilegio, cuidarlo entre todos es una obligación compartida.
Por. Miguel Barrueco Ferrero, médico y profesor universitario jubilado
Tenemos un serio problema: https://t.co/nmzQ4M0NIP
— Miguel Barrueco Ferrero (@BarruecoMiguel) November 29, 2025






















