La Administración Trump ha abierto una nueva brecha diplomática con sus aliados históricos. En su nueva Estrategia de Seguridad Nacional, publicada este viernes, Washington dibuja un panorama apocalíptico para Europa, anticipando la «desaparición de su civilización» si no se produce un cambio drástico en sus políticas migratorias.
El documento, adelantado por The New York Times, va más allá del análisis y propone una intervención política directa: sugiere que Estados Unidos debe apoyar a los partidos que «promuevan el nacionalismo» y la lucha contra la inmigración para ayudar al continente a «corregir su trayectoria».
Teorías conspirativas en un documento oficial
El texto oficial asume sin tapujos la retórica del ‘America First’ y resuena con la teoría del ‘Gran Reemplazo’, popular en círculos de extrema derecha. Washington advierte de que la identidad de varios países de la OTAN podría diluirse hasta volverse «irreconocible» y «mayoritariamente no europea». Además, lanza una dura carga contra la Unión Europea, a la que acusa de socavar la soberanía nacional, censurar la libertad de expresión y haber perdido el tren económico frente a potencias como China.
Indignación en las capitales europeas
La respuesta desde Europa ha sido inmediata y contundente. El ministro de Exteriores alemán, Johann Wadephul, ha rechazado tajantemente que EE.UU. venga a «dar lecciones» sobre cómo organizar la sociedad.
Más duro ha sido el tono en Italia, donde el senador Carlo Calenda ha calificado a Trump de «matón» y «enemigo de la democracia», advirtiendo que la diplomacia amable no funciona con él. Por su parte, analistas desde Bruselas ven «altamente perturbador» que Washington utilice este informe para presentar a Europa como un contraejemplo y alertan del riesgo de que esto fortalezca a los movimientos de ultraderecha en los estados miembros.





















