Opinión

El CEO de Ribera Salud: empleado del mes…

Hospital Universitario Torrejón de Ardoz.

Si yo fuese el presidente del Grupo Ribera Salud me plantearía seriamente nombrar a Pablo Gallart empleado del mes. Eso como mínimo. Y tal vez, le propondría para un considerable aumento de sueldo.

No me tome el lector por un demente que ha perdido el sentido, me explico: el fin de cualquier empresa, sea del sector que sea, es la maximización de los beneficios y eso es lo único que hacía ese buen hombre, ese buen trabajador, tratar de hacer al pie de la letra su trabajo. Esto es: motivar a sus subordinados a aumentar las listas de espera para que los beneficios empresariales aumenten en consonancia.

Por mucho que nos traten de vender la maravillosa gestión privada de lo público -poco importa si hablamos de Sanidad, Educación, Dependencia…- al final las empresas tienen un único fin: que sus beneficios sean los máximos posibles. Esto sólo se consigue de dos maneras, que la mayoría de las veces coexisten: a lomos de las trabajadoras y trabajadores y por la reducción de costes, algo que influye directamente en el servicio prestado, especialmente en sanidad.

Así, si en un pastel de dimensiones considerables -más de 5.200 millones de euros en la Junta de Castilla y León para el 2026- mete sus manos la empresa privada, ya sabemos lo que va a ocurrir: maximización de beneficios a costa del servicio prestado al ciudadano de a pie. Ese dinero, que debería ser empleado en mejorar la asistencia sanitaria, pasa al bolsillo de grupos empresariales que harán lo que viene haciendo cualquier vendedor desde el inicio de los tiempos: comprar barato y vender caro.

No es raro ver a la consejera de Sanidad de alguna Comunidad Autónoma provenir de trabajar varias décadas al servicio de un grupo sanitario -sí, el mismo grupo que paga áticos de lujo…- o ver a jefes de servicio en la Sanidad Pública ser asesores simultáneamente en la Sanidad Privada -Sí, el mismo ‘profesional’ qué decide cuántas intervenciones se realizan en el hospital público y cuantas se derivan a la privada…-. O ver a nuestros gobernantes contarnos ufanos que el presupuesto de Sanidad en nuestra Comunidad Autónoma aumenta año a año sin decirnos cuánto de este dinero va a la empresa privada. ¿Nadie intuye nada raro? De verdad, ¿nadie se da cuenta de que nos están robando en nuestra cara?

Los que defendemos lo público, lo tenemos cristalinamente claro: no estamos en contra de lo privado, en absoluto. Pero, que lo privado se lo pague cada uno de su bolsillo. Como base, un buen servicio público universal y los caprichos: por cuenta propia.

Si tú ‘disfrutas’ de ese pedazo de seguro de atención médica privada por 40€ al mes, ten claro qué es lo que te van a ofrecer: un servicio sanitario de menos de 20€. Recuerda lo de los beneficios empresariales…

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