Nelida Piñón: “La imaginación hay que alimentarla y fomentarla para que no nos abandone hasta la vejez”

La autora brasileña recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2005 y ofreció un encuentro con sus lectores en la Casa de las Conchas

Vivaz, inteligente y con mucha gracias. Nelida Piñón es una de las grandes de la literatura brasileña y por extensión, de la americana. Para ella, resulta humillante la literatura femenina. “El escritor no se alía a nadie. Es hombre y mujer, vegetal y animal. Él se asocia a todas las partes de la realidad que la componen. Un escritor no puede imaginar que sea especialista. Está vinculado a los dos géneros”. Ella es una gran escritora de personajes, tanto femeninos como masculinos.

Afirma que no hay que tener prejuicios en la narrativa. “Los libros nacen del caos porque estamos hechos de caos”, puntualiza y señala que los personajes son arquetipos, porque sino no se podrían traducir a otros idiomas. “Si esto no fuera así, El Quijote no se entendería en China”, explica.

Es una gran enamorada de Teresa de Jesús, porque la Santa intentó tener “una verdad intelectual y personal”. Lleva muchos años admirando a Santa Teresa. Es más, quiso hacer un libro sobre ella, porque era una mujer “extraordinaria”. Se ha pasado por Alba de Tormes y por Ávila. Le hubiera gustado recorrido las huellas de la Santa andariega, “pero lo que ocurrió en mi vida personal, hizo que este proyecto fracasara. No puedo hacer milagros, sólo sé escribir”.

Santa Teresa

Piñón explicó que este proyecto no salió adelante, porque en ese momento tenía problemas económicos y “estar tiempo en España y rastrear los pasos de Santa Teresa, era algo impensable”.

Eso no impide que Santa Teresa esté presente en sus libros. “Era una persona que tenía un gran equilibrio entre el poder, escribía cartas a los más influyentes, y me extraña que no hubiera un encuentro con Felipe II, pero también combinaba los divino con lo cotidiano”.

En cuanto a su oficio, explica que la imaginación hay que alimentar y fomentarla para que no nos abandone hasta la vejez.

El sueño que tiene la escritora brasileña, a la que le concedieron el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2005, es quedarse en casa y sumergirse en el mundo de la ilusión, “pero soy demasiado práctica”. Además, ahora está inmersa en un nuevo proyecto, la formación de la cultura de las Américas, que la tendrá entretenida un año. Sus antepasados eran gallegos y siempre oyó hablar de que hicieron Las Américas. “Soy una enamorada de las grandes civilizaciones que ha tenido América”.