La comunidad anglicana en Salamanca entregó los premios de a la difusión de la cultura y la defensa del patrimonio de Salamanca en la iglesia Santo Tomás Cantuariense a Raúl de Tapia y a la Asociación Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio de Salamanca.
Rubén Legidos, reverendo de la comunidad anglicana de Salamanca, acostumbra a incluir la palabra familia en sus exposiciones y este domingo habló de acogimiento, de respeto, de valorar… Palabras vinculadas a lo familiar.
Los premiados, Isabel Muñoz Sánchez, como presidenta de la Asociación Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio, y el propio Raúl de Tapia, se sintieron tan acogidos en la iglesia Santo Tomás Cantuariense que sus discursos de agradecimiento estuvieron repletos de anécdotas cercanas, esas que compartes con amigos y familiares.

Isabel Muñoz advirtió que era muy peligroso decir que se podía contar lo que se quisiera. Lo hizo. Agradeció el premio, porque era el primero que le daban a su asociación después de 25 años defendiendo y poniendo en valor el Patrimonio de Salamanca. “¡Qué menos que defender el legado que hemos recibido!”, expresó.
A continuación, compartió que para ella la iglesia de Santo Tomás Cantuariense era muy especial. Se bautizó allí y nació justo al lado, en una casa casi derruida. Utilizó el micrófono para señalar que en las paredes de esa casa aún hay un escudo envuelto en cables que debe ser conservado.
Pero, si el templo le trajo recuerdos a Isabel Muñoz, entrañable fue el momento que compartió con los presentes al contar que a su padre lo había enseñado a leer Atilano Coco, reverendo anglicano, amigo de Unamuno, y que fue asesinado en los primeros meses de la Guerra Civil. Su cuerpo aún no ha sido encontrado.
Terminó su improvisado y afectuoso discurso diciendo que es importante conocer el patrimonio para amarlo, después la defensa viene sola. “Vamos despertando conciencia y aprendiendo a mirar que en cada rincón, en cada calle de Salamanca hay una historia muy grande. Es inmenso ese dolor que sentimos cuando se destruye Patrimonio”, señaló Isabel Muñoz.

Por su parte, el premio individual lo recogió Raúl de Tapia, biólogo, escritor y director de la Fundación Tormes-EB. El jurado reconoce la labor divulgativa que ha realizó el biólogo junto a Clara Obligado a través de su último libro, Un árbol de compañía, donde relaciona la naturaleza y el arte.
Raúl de Tapia ha sabido conjugar el amor a la naturaleza como espacio de memoria y cultura. Habló con mucho respeto de los paisajes que ha ido creando el hombre a lo largo de su historia. Gracias al trabajo despeñado en el campo y la ganadería hoy tenemos esa Sierra de Francia, Los Arribes, la dehesa… Casi todo ya es paisaje. En Salamanca estamos en un paisaje pétreo construido con la piedra de Villamayor”, señaló.
El biólogo explicó que al salir del confinamiento la naturaleza se había abierto paso a través de las aceras y los pájaros se adueñaron de ciertos lugares. Raúl de Tapia confesó que es un gran amante de los pájaros, por lo que haber recibido el premio Chova Piquirroja le ha hecho ilusión. Al volver a salir a la calle en aquellos meses de 2020 lo hizo con prismáticos, lo que no se esperaba era descubrir las aves que vuelan alrededor de la Catedral y las que se encuentran inmortalizadas en sus relieves en piedra.
Durante su exposición, contó dejó los prismáticos y se llevó el telescopio para apreciar los detalles de la ‘fauna’ y ‘flora’ en piedra que inundan la Catedral y lo hizo con ojos de ornitólogo. “Encontré un lirón careto comiéndose unas bellotas, unos jabalíes, zarzales, un vencejo tallado de espaldas, carreras de galgos persiguiendo conejos, brotes de hojas y flores… Me imaginé al cantero que tenía que reflejar unas escenas y escogió esas, que quizá eran habituales en nuestra ciudad hace varios siglos”, puntualizó Raúl de Tapia.
Aplausos para los dos oradores que se dejaron llevar por el clima de cercanía y familiaridad en una ceremonia donde se valora la cultura y el patrimonio.
Los premiados recibieron una Chova Piquirroja, con aires unamunianos, porque parecía una de sus pajaritas. Es obra del artista Miguel García.
La entrega de premios la realizaron el obispo anglicano en España, Carlos López, y el reverendo anglicano en Salamanca, Rubén Legidos. Estuvieron presentes los primeros premiados con la Chova Piquirroja, los investigadores independientes Charo García de Arriba y Miguel Ángel Martín.
Fotografía. Pablo de la Peña.
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