Se apaga la voz más afilada del rock español

Muere Jorge Martínez, líder de Ilegales
Ilegales en el escenario del Iberia Festival de Salamanca, en 2023.

El rock español perdió este martes a uno de sus referentes más auténticos y singulares. Jorge Martínez, el incombustible líder de Ilegales, ha fallecido este 9 de diciembre en el Hospital Central de Asturias a los 70 años. La causa ha sido un cáncer de páncreas, una enfermedad que se hizo pública el pasado septiembre y que obligó a cancelar precipitadamente la gira de presentación de Joven y arrogante, su decimotercer álbum.

Con su muerte, la música nacional despide no solo a un guitarrista de técnica envidiable, sino a un personaje de físico imponente y cráneo impoluto que supo ser, a partes iguales, provocador y entrañable.

El «punk bien tocado» frente a la Movida

Jorge Ilegal irrumpió en el panorama musical a principios de los 80, coincidiendo con la explosión de la Movida madrileña. Sin embargo, su propuesta siempre voló un palmo por encima de la media de aquella época. Mientras muchos grupos de entonces palidecían en técnica, Ilegales ofrecía una energía descarnada y una ejecución instrumental que la crítica bautizó acertadamente como «punk bien tocado».

Durante más de cuatro décadas de carrera ininterrumpida —un hito al alcance de muy pocos—, Martínez facturó himnos generacionales que definieron una época. Su debut en 1982, con aquella icónica portada de Ouka Leele (el hombre encorbatado suicidándose), regaló clásicos instantáneos como Tiempos nuevos, tiempos salvajes o Yo soy quien espía los juegos de los niños.

Su primera década fue un despliegue de excelencia: un sonido vibrante, austero pero cargado de matices técnicos, arpegios glaciales y letras brillantes. Canciones como Ángel exterminador, Chicos pálidos para la máquina o El norte está lleno de frío cimentaron su estatus de culto.

La leyenda del hombre del stick de hockey

Más allá de la música, Jorge Martínez cultivó una leyenda personal que caminaba entre la realidad y la exageración literaria. En sus inicios en Gijón, le gustaba proyectar una imagen de tipo peligroso: el «macarra» que paseaba de noche con un stick de hockey para defenderse de sus enemigos. Se forjó una fama de pendenciero y vividor, una especie de escudo tras el cual operaba un talento descomunal.

Esa dualidad fue captada perfectamente por figuras coetáneas como Fernando Márquez ‘El Zurdo’, quien, lejos de regalar elogios, sentenció en su momento: «Lo más cercano al genio es Jorge Martínez. Lo más grande que ha dado la Movida y la Para-Movida han sido Ilegales».

Hoy, esa guitarra afilada y esa voz que cantaba a los tiempos salvajes se han silenciado, dejando al rock español huérfano de su figura más incorrecta y genial.

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