El principal acusado de la trama eólica culpa de todo al consejero muerto

Rafael Delgado asegura que toda la planificación eólica estaba en manos de Tomás Villanueva
Rafael Delgado llega a la Audiencia e Valladolid en la última jornada del juicio de la Perla Negra, en enero. (Ical)

El que fuera viceconsejero de Economía de la Junta y también secretario general de esta consejería, Rafael Delgado, aseguró hoy en el juicio de la denominada ‘trama eólica’ que se viene celebrando en la Audiencia Provincial de Valladolid, que toda la planificación eólica de la Comunidad estaba controlada directamente por el entonces consejero de Economía y vicepresidente de la Junta, Tomás Villanueva y que él nunca ordenó la paralización de ningún parque.

Ical.- Delgado, principal encausado en la denominada ‘trama eólica’ y que se enfrenta a una pena de 36 años de cárcel y multas por 236 millones de euros, también acusó al entonces director general del del Ente Regional de la Energía de Castilla y León (EREN), Ricardo González Mantero, de “proteger” a Tomás Villanueva y de atribuirle a él órdenes que nunca dio.

A preguntas del Ministerio Fiscal, Delgado también insistió en que él nunca indicó qué empresas debían convertirse en socios locales, aunque reconoció que, por indicación del propio Villanueva, era público que se favorecía a las mismas, y también recalcó que tampoco presionó a ninguna sociedad para que vendiera sus participaciones a otras.

En su declaración, Delgado explicó que Villanueva pactó con Red Eléctrica de España (REE) cómo se asignaban los cupos de evacuación en función de la capacidad de los distintos nudos y explicó que fue este acuerdo con REE y la “avalancha” de proyectos que se recibieron entre 2002 y 2004 lo que provocó que se pusiera en marcha el sistema de avocación, por el que la autorización administrativa debía contar con el visto bueno del viceconsejero. Según explicó, desde la propia REE se recomendó a la Junta centralizar en un único órgano la autorización administrativa de los parques. En todo este proceso, según recalcó, él solo se dedicaba a firmar las autorizaciones que procedían de la Dirección General de Energía y Minas.

Al mismo tiempo, también indicó que la decisión de asignar al Grupo San Cayetano una potencia de 500 megavatios fue una decisión de Tomás Villanueva, que también llegó a acuerdos con Iberdrola para el reparto de potencia.

Caja fuerte

En un maratoniano interrogatorio por parte del fiscal, que se prolongó por espacio de unas cuatro horas y media, Delgado también hizo referencia a la existencia de una caja fuerte en su domicilio en la que fue guardando dinero en metálico procedente de la explotación agraria de sus padres. Estos fondos, que luego fueron utilizando en diferente adquisiciones, los recibió desde principios de los años ochenta hasta finales de los noventa.

Así, reconoció que aunque los ingresos familiares, sumando su sueldo y el de su mujer, podrían rondar los 90.000 euros anuales, gracias a los ahorros de la caja fuerte pudo hacer frente entre los años 2005 y 2006 a la compra de un apartamento en Comillas (Cantabria), escriturado en más de 250.000 euros; de una vivienda en Simancas, por la que abonó 330.000 euros, y de un turismo de alta gama que le costó 55.000 euros. Cabe señalar que mientras el apartamento de Comillas era propiedad de Alberto Esgueva y de la que entonces era su mujer, María del Mar Moreno, con quien estaba en trámites de separación, la vivienda de Simancas, que había sido el domicilio familiar de ambos, solo estaba a nombre de la ex de Esgueva.

Además, explicó que como los fondos procedentes de la explotación familiar estaban en pesetas, recurrió a un despacho de abogados para cambiarlas por euros. En este sentido, preguntado por el fiscal los motivos por lo que no se personó en un banco, donde el cambio se hacía sin ningún tipo de comisión, Delgado indicó que no tenían ningún interés en que “afloraran” esos ingresos, además de manifestar su total desconfianza a la gestión bancaria.

Con relación a la vivienda de Simancas, en la que Delgado realizó obras de reforma por valor de más de 55.000 euros, el fiscal sostuvo que fue un precio muy beneficioso, dado que la compraventa se fijó en 330.000 euros, cuando la tasación fue de 426.000 euros. No obstante, Delgado reconoció que después de pagar durante diez años la hipoteca, esa vivienda acabó en manos del banco por no poder hacer frente a las deudas.

Más tarde, en 2008, Delgado vendió el apartamento de Comillas a la empresa Tough Trade, de la que era administrador único Jesús Rodríguez Recio, aunque durante algún tiempo continuó pagando las facturas de luz y agua, cantidades que luego eran rembolsadas en mano a Delgado por el propio Rodríguez Recio.

La tele de 19.000 euros

En el interrogatorio el fiscal también se interesó por la compra del piso en el que propio Delgado vivía de alquiler en el Paseo de Zorrilla y que fue adquirido más de 412.000 euros por la sociedad Samuño Activos, y en la que Jesús Rodríguez Recio, al que la fiscalía acusa de actuar como testaferro de Delgado, instaló una televisión valorada en más de 19.000 euros. Delgado, que aseguró que él ya se había trasladado a vivir a otra casa, justificó esta compra asegurando que la intención de Rodríguez Recio era convertir este piso en despacho de alguna de sus sociedades.

Rafael Delgado, que continuará declarando mañana, también negó recibir dinero de sociedades representadas por Rodríguez Recio con el fin de evadir su obligación de tributar.

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