Cine independiente y de terror rural en la Sierra de Francia

'Septeno' es el proyecto de los hermanos Óscar y Álex Pérez, de Reto Films, que llevan tres años trabajando en los bosques de Miranda del Castañar y La Alberca para contar esta historia de folk horror
Parte del equipo de Septeno, durante uno de los rodajes.

Se ha gestado un nuevo proyecto cinematográfico en Salamanca, de carácter independiente, liderado por jóvenes de poco más de 25 años, grabado en la Sierra de Francia y en el que han participado unas 180 personas. Su título es Septeno, un mediometraje de 45 minutos que combina tres géneros: terror rural, wéstern y folk horror. Han sido necesarios tres años para completar la obra.

Al frente de la iniciativa están dos hermanos salmantinos, Óscar y Álex Pérez. Mientras que el primero se ha encargado de tareas como la dirección, la producción, el guion -escrito junto con Rocío Heredia- o el montaje, el segundo desempeña labores dentro del departamento de producción vinculadas a la parte burocrática, los contactos instucionales y la gestión de la empresa que los dos lideran: Reto Films.

Pero, ¿qué cuenta Septeno? La obra “nace del deseo de explorar las raíces más profundas de los pueblos de la Sierra de Francia, como Miranda del Castañar y La Alberca, sus tradiciones, sus gentes y sus leyendas”. Está ambientada en 1961, “en un entorno completamente aislado” -los bosques de la Sierra de Francia-, y da forma a “una mitología propia”: unas criaturas que emergen cada siete años cazar a los seres humanos y alimentarse de ellos, como explica su director.

“El proyecto se inspira en conversaciones reales con gentes de estos pueblos que vivieron aquella época marcada por la pobreza, la represión y la autosuficiencia”, añade. Aunque la leyenda no forma parte de la cultura popular salmantina, sino que surge de una creada específicamente para Septeno, son muchos los testimonios vivos que sustentan la trama. El proceso de preproducción ha requerido un año de trabajo.

Óscar Pérez y Jordan Blasco, director y actor protagonista.

Es cierto que el film está rodado en la provincia salmantina, pero se trata de “una historia universal”, puesto que “es una mezcla entre terror psicológico, un drama familiar y un wéstern rural, por lo que se puede entender en cualquier parte”.

El proyecto tiene aspiraciones de futuro. “Está pensado como un prólogo para después desarrollar una historia mucho más grande: una película” -un largometraje- con “más personajes, atomósferas y leyendas” que permitirían “expandir” el universo de Septeno, como adelanta Óscar.

La historia se ha grabado en Miranda del Castañar y La Alberca.

Respecto al presupuesto, que ronda los 7.000 euros, el propio director, junto el ayudante de producción Tiago Mendes, ha hecho posible que cuadren las cuentas. Ambos han puesto dinero de su bolsillo. “Nosotros hemos levantado el rodaje con nuestro propio dinero y, después, se han unido Ecotisa, la Diputación, el Casino de Salamanca y Relax, que es una empresa de gestión energética”.

“Aunque tenemos todo presupuestado, para un trabajo como este es muy difícil levantar dinero. Más para personas que no son conocidas, con proyectos nuevos, por lo que casi todo el trabajo es voluntario, sobre todo en el rodaje, por parte de todos los departamentos. Se han volcado. Estoy muy orgulloso de todos ellos”, enfatiza el joven director.

La historia de Septeno se sustenta en testimonios reales sobre la vida rural en los años 60.

Está previsto que el público salmantino pueda ver Septemo próximamente, pero por ahora sus creadores desconocen la fecha. Habrá, sin embargo, un pase privado para el equipo y los medios de comunicación el próximo jueves, día 18, en los cines Megarama (Vialia).

Actualmente, la película busca distribuidora para llegar a salas de otras ciudades. Otro paso previsto será moverlo por festivales, tanto nacionales como internacionales, y tratar de difundirlo en plataformas.

El director de Septeno ha hecho otros trabajos en Salamanca, en concreto dos cortometrajes, ‘El huésped’ y ‘La contable’. Este mediometraje es ahora una carta de presentación con la que busca abrirse camino en el mundo audiovisual. Su objetivo, demostrar que desde Salamanca también se puede hacer buen cine independiente.

Cartel del mediometraje salmantino Septeno.

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