La propagación del sida se puede frenar en las tres próximas décadas siempre que se adopten algunas decisiones que ayuden a evitar el diagnóstico tardío de la infección. Una vía que podría contribuir a mejorar la lucha contra esta enfermedad sería incluir en los análisis rutinarios de salud, además de las transaminasas y el colesterol, una serología del VIH.
Así lo explicó este jueves Miguel Cordero, jefe de sección de la Unidad de Enfermedades infecciosas del hospital Universitario de Salamanca.
En 2050 se podría evitar la propagación del sida si se cumpliera la fórmula del 90-90-90 de las Naciones Unidas. Consiste en que el 90% de los infectados estén diagnosticados, el 90% de los infectados accedan al tratamiento con retrovirales, y que el 90% de los tratados tengan una carga viral indetectable.
Cordero señaló que «si se hace eso se erradica la transmisión».
El especialista del hospital salmantino explicó que el principal reto es evitar el diagnóstico tardío, porque una persona infectada puede llevar años con el virus sin saberlo y durante ese tiempo ha deteriorado tanto su sistema inmunitario que cualquier tratamiento perdería eficacia y, además, habría podía transmitir el virus a otras personas.
Los análisis
«Todo el mundo debería hacerse la serología. Eso ya es una recomendación oficial en EEUU desde 2005. Hacerse una serología de la misma manera que la gente se toma la tensión y se hace el colesterol, y mucho más si se tienen prácticas de riesgo. Los análisis de salud deberían incluir la serología del VIH, y si tienes alguna práctica de riesgo la recomendación (también en EEUU) es hacértela una vez al año», comentó Miguel Cordero.
El doctor recuerda que un euro gastado a detección y tratamiento precoz ahorra cinco de aquí a 2050 por las infecciones asociadas al sida que aparecerían en un paciente.