Las ópticas independientes están cerrando en Salamanca, quedan ya muy pocas, una ellas, Óptica Tormes echará la trapa a finales de este mes de diciembre. Ha estado en el barrio de Labradores durante más de 30 años. Los responsables vinieron de Madrid para emprender en Salamanca y sus hijos son “muy salmantinos”
Fernando Martínez Alonso y Mari Cruz Martín Villoría comenzaron en Madrid, pero decidieron dejar la capital, donde habían nacido, para emprender en Salamanca. De eso, han pasado 35 años y cierran su Óptica Tormes.
Vayamos al principio. Optaron por Salamanca porque Mari Cruz tenía familia en la capital charra y por aquel entonces era muy complicado comenzar un negocio en Madrid. Reconocen que Salamanca los ha tratado bien, pero que en estas casi cuatro décadas la capital ha cambiado mucho para bien.
El comercio se ha profesionalizado mucho en estos años y ha influido mucho la apertura de centros comerciales como El Tormes, vinieron franquicias y todo cambio.
Óptica Tormes siempre ha estado en el barrio Labradores, primero en Pérez Oliva y después en la avenida de Portugal, en uno de los edificios más emblemáticos de Salamanca, en la Torre. “Elegimos el primer local después de mirar mucho. Estuvimos como un año buscando dónde poner la óptica. Vimos un local en Pérez Oliva, que antes era un bar, nos gustó la zona y empezamos”, explica Fernando Martínez.
El salto a la avenida de Portugal fue hace más de una década, hicieron el traslado en dos días, y ahora ya se jubilan.
Para los que están pensando en emprender un negocio, Fernando Martínez explica que su negocio, el de las ópticas, ha cambiado mucho. “Antes acabábamos la carrera y poníamos una óptica, eran independientes. Solo había dos escuelas, una en Madrid y otra en Tarrasa. Estudiaba gente de toda España. Acababan la carrera y se iban a su tierra a abrir la óptica o en el negocio de la familia”, puntualiza.
Al empezar el tema de las cadenas, el negocio se ha hecho más complicado. “A nivel de competencia es muy complicado. Por eso, las ópticas independientes se cuentan con los dedos de una mano”, señala Fernando Martínez.
De hecho, en la zona de Labradores queda una o dos ópticas independientes y en Salamanca pocas. “Nos vamos a jubilar casi todos al mismo tiempo”, matiza.
Agradecen a sus clientes el haber confiado en ellos durante 35 años. “La gente es muy agradable, si las tratas bien. Además, nosotros seguiremos aquí, porque nuestros hijos son salmantinos”, concluyen.



















