Una mujer ha presentado una denuncia formal ante la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional contra el expresidente del Gobierno Adolfo Suárez, fallecido en 2014. El escrito detalla una serie de agresiones sexuales que habrían ocurrido entre 1982 y 1985, comenzando cuando la denunciante tenía 17 años y el político 50.
La demanda no solo se dirige contra el exlíder de la UCD, sino que señala la presunta «cooperación necesaria y encubrimiento» de al menos dos personas de su entorno cercano, quienes habrían facilitado los encuentros.
El inicio: una petición de ayuda académica
Según el relato, el vínculo comenzó en noviembre de 1982. La joven, que entonces admiraba la figura del expresidente, le solicitó por carta asesoramiento para sus estudios. La respuesta llegó mediante una llamada de su secretaría: «El presidente quiere verte».
En aquel primer encuentro en su despacho de la calle Antonio Maura, la denunciante describe un comportamiento inquietante. Asegura que Suárez le preguntó si tenía pareja o si utilizaba anticonceptivos y que, ante su negativa, respondió que las chicas de su edad solían tomarlos.
Un patrón de abusos y «bloqueo»
La denuncia desgrana varios episodios violentos. El primero habría ocurrido en marzo de 1983, cuando, tras varios tirones para acercarla a él, el expresidente supuestamente se abalanzó sobre ella. La mujer describe haber quedado «totalmente bloqueada» ante la intimidación.
A este episodio le habrían seguido otros, incluyendo presuntos abusos en el despacho oficial y en el domicilio particular de Suárez en la urbanización de La Florida, aprovechando la ausencia de su familia. La víctima define este periodo como una «tortura de tres años» que marcó su vida de forma irreversible.
El peso del silencio y el poder
La denunciante explica que tardó décadas en procesar lo ocurrido. En aquel momento, el «miedo a su inmenso poder» y la ilusión que su familia mantenía por esa «amistad» —creyendo que Suárez le aseguraría un futuro profesional— la mantuvieron paralizada. «Pensaba que si me negaba, podría arruinarme la vida», confiesa en el escrito.
Aunque intentó romper la relación mediante una carta, asegura que el expresidente no aceptó su «renuncia» e incluso llegó a presentarse en el portal de su vivienda.
El motivo de la denuncia actual: la «revictimización»
Pese a que Adolfo Suárez falleció hace más de una década, la mujer justifica el paso dado ahora por el impacto psicológico de ver cómo se ensalza públicamente la figura de su presunto agresor. Cita específicamente el efecto que le causó la reciente serie ‘Anatomía de un instante’.
Tras años de terapia y diagnósticos de depresión y estrés postraumático, la Comunidad de Madrid la ha reconocido formalmente como víctima de violencia sexual. Para ella, el dolor se ha visto agravado por el recuerdo constante de la figura del político en la esfera pública: «Él falleció, pero yo no», concluye el texto.




















