A lo largo de casi tres décadas, esta jornada se ha consolidado como un homenaje a la figura del Guardia Urbano, aquel agente municipal que en los años 40, 50 y 60 dirigía el tráfico a pie de calle, bajo la lluvia, el frío o el calor, manteniendo la ciudad en movimiento. Hoy, su recuerdo vuelve a cobrar vida entre el brillo metálico de los vehículos y el espíritu navideño que envuelve a la capital salmantina.
Fotografía. Pablo de la Peña.
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