Los vecinos que viven en las calles del Casco Histórico conviven desde siempre con los eventos que se organizan en sus calles. Siempre es un trastorno, pero había voluntad y coordinación.
El primer acto navideño del año, acarrea confusión y falta de previsión, por lo que los vecinos se han visto sorprendido y no han podido entrar a sus casas.
Una de las personas que viven en la zona del Casco Histórico vuelve a su casa a las 18.00 horas desde el paseo de Canalejas. Llega a la rotonda del puente, glorieta de la Ciudad de Brujas, y está cortado el paso hacia Rector Esperabé. No hay guardia ni nada que indique la razón, ni de solución a cómo llegar a su casa.
Regresa a la rotonda para tomar de nuevo Canalejas, esta vez en sentido contrario. El tráfico es intenso y parece caótico. Llega a Santi Espíritus, baja hasta Gran Vía y llega a Colón, porque tiene que acceder a la calle Pan y Carbón. El paso está cortado por dos enormes jardineras. «Son las 18:05 horas y un policía local, muy amable, me dice que el Ayuntamiento ha decidido cortar el acceso, pues se espera el paso de una cabalgata de la empresa láctea Gaza, hacia las 21.00 horas. ¡Faltan tres horas!», protesta.
A esa hora, la Cabalgaza aún no había iniciado su recorrido en la Vaguada. «En múltiples ocasiones, ocurridas a lo largo de los años, este problema se resolvía con la intervención del propio agente, permitiendo el paso del vehículo si así lo estimaba oportuno y las circunstancias lo permitían», recuerda esta persona damnificada.
No entiende el motivo del cambio. «Ahora, toman otra decisión, sin pensar en los ciudadanos/vecinos que precisan llegar a sus casas. ¡Y no avisan!», puntualiza.
Se puede presentar una queja. «Pero, ¿Para qué? Para nada. Ya lo sabemos. ¿Entonces? Pues eso, al dicho (ajo y agua)», se resigna.
Concluye preguntando: «¿Hay algún grupo político, que aspire a gobernar, que sea sensible a su función y respete al ciudadano? ¿O hemos de seguir eternamente sin votar?».

















