La administración que vendió el gordo en Madrid es de unos salmantinos

Los propietarios son de Casillas de Flores y vendieron 16 series del 79.432, agraciado con el primer premio
Una imagen del sorteo de Navidad de este lunes.

José Lanchas, salmantino de Casillas de Flores, abrió en 1988 una Administración de Loterías en Madrid, concretamente la número 246 ubicada en Ciudad Lineal. Hoy, 36 años después, su hija Esther ha repartido 16 series de ‘El Gordo’ del Sorteo Extraordinario de Navidad. Diez de las series se han vendido en participaciones que llevaba una Asociación de la capital, y el resto en ventanilla. En total, ha repartido 64 millones de euros.

“Ha sido emocionante. Estaba atendiendo a un cliente y me han empezado a llamar. Y me he emocionado mucho. Me he puesto a llorar”, apunta a Ical la propietaria, ya ataviada con la camiseta conmemorativa de ‘El Gordo’ que les envía Loterías y Apuestas del Estado y que soñaba con ponerse. 

“Siempre sueñas con esto. Mis padres llevan 38 años y siempre lo piensas, porque yo lo he mamado desde los cinco años. Pero aunque lo sueñas, nunca te lo acabas de creer”, señala entre risas. De hecho, un cliente habitual cuenta que ha sido el primer cliente esta mañana, nada más abrir, y que al despedirse la propia lotera le ha dicho que hoy iba a salir en la televisión porque “voy a dar el Gordo”. “Bueno, creo que siempre decimos lo mismo, pero casi por tradición”, subraya.

“De verdad pensaba que iba a ser un día tranquilo y estaba sola. Le había dicho a mi marido que no viniera porque los 22 de diciembre son tranquilos… Y mira”, relata mientras intenta ponerse en contacto con la Asociación agraciada con diez series. Se trata de la Asociación Isegoría “un foro abierto a la discusión, el análisis y la reflexión sobre cuestiones fundamentales, como la crisis de la democracia, la debilidad del pensamiento crítico, o la raíz de los problemas reales del mundo del trabajo”, según señala en su web. 

“Yo nunca di un ‘Gordo’. Pero este me hace la misma ilusión”, apunta José Lanchas, que ha cedido todo el protagonismo a su hija, que no ha parado de abrir botellas de champán y de cantar el número premiado para que los medios inmortalizasen el momento.

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