Pocos políticos se atreven a decir a sus seguidores lo que de verdad piensan, cuenten la realidad de lo que sucede y tengan el coraje de reconocer que el país crece y progresa a pesar de ellos. Y es que están ocupados en descalificaciones mutuas, inventándose falsedades, descuidando que se acierte en las tareas de gobierno y dejado de lado que sea provechosa la oposición. Desanimarse no, pero decir basta, sí.
Les digo que oyendo a nuestros representantes, ganen o pierdan elecciones se vapulean y ponen en entredicho el resultado, más parecen hechos para la confrontación que para los acuerdos. Será que no hallan el camino que tomar y les desbordan los desafíos que les compete afrontar, tal que: exigencia de honestidad, transparencia en la gestión, eficacia y consenso para mejorar la sociedad.
Y para más leña con que avivar el “incendio” del encono político, abundan los medios de comunicación erigidos en falsos jueces dictaminando sobre la situación, en la que unos por adictos progubernamentales y otros de rabiosa oposición, inundan de desorientación la información, propagan infundios y mienten con descaro. En fin, que haga frío o calor nos toca aguantar un presente descuidado y que el tiempo se haga largo a la espera de hallar una solución. Por lo demás a tod@s deseo que el nuevo año 2026 sea la puerta por donde entrar a cambiar lo que haya que cambiar.
Licenciado en Geografía e Historia, exfuncionario de Correos y escritor
Aliseda, una puta coja (2018)
Lluvia de cenizas (2021)
Puesto a recobrar el aliento (2023)
Sombras en el jardín (2024)
