Francia y el mundo del cine despiden a una de sus figuras más icónicas. Brigitte Bardot, el símbolo de libertad y rebeldía que marcó los años 60, ha fallecido este domingo a los 91 años en su legendaria residencia de La Madrague, en Saint-Tropez. La noticia fue confirmada por la fundación que lleva su nombre, la institución a la que dedicó más de medio siglo de vida tras abandonar los focos de Hollywood.
Del cine a la trinchera animalista
Conocida universalmente como «BB», Bardot no solo fue una actriz; fue una revolución estética y social. Su salto a la fama mundial llegó en 1956 con Y Dios creó a la mujer, donde un baile frenético la convirtió instantáneamente en el «animal cinematográfico» más deseado del planeta. Sin embargo, en la cima de su carrera y con apenas 40 años, tomó una decisión inaudita: dejar el cine para siempre.
«Estaba harta de una vida vacía y superficial», confesaría años después. Cambió los sets de rodaje por la defensa incansable de los derechos de los animales, convirtiéndose en una activista feroz que no dudaba en enfrentarse a gobiernos enteros por la causa ambiental.
Una figura de luces y sombras
Su vida no estuvo exenta de controversia. En sus últimas décadas, su imagen de «musa de la libertad» se vio empañada por polémicas declaraciones políticas y multas judiciales por incitación al odio, lo que la alejó de parte del público pero no de su esencia indomable.
Las reacciones a su muerte reflejan la magnitud de su huella:
- Emmanuel Macron: El presidente francés la ha definido como una «leyenda del siglo» y una «existencia francesa de resplandor universal».
- Marine Le Pen: La líder opositora —a quien Bardot apoyó públicamente— elogió su valentía y su carácter «libre e indomable».
El legado de un rostro inolvidable
Nacida en París en 1934 y formada en la danza clásica, Bardot poseía una fotogenia que desarmaba a la cámara. Aunque su aventura en el cine anglosajón fue breve debido a la barrera del idioma, su impacto en la cultura popular es imborrable. Desde su mirada melancólica en El desprecio de Godard hasta su rostro convertido en el busto de Marianne (símbolo de la República Francesa), Brigitte Bardot fue, ante todo, una mujer que vivió bajo sus propias reglas.
Este domingo, Saint-Tropez pierde a su vecina más ilustre, pero el cine pierde al último gran mito del siglo XX.


















