La atención a los discapacitados

La puerta de acceso a los viveros El Arca.

El Ayuntamiento cedió la antigua vaquería de la Huerta de los Jesuitas, y una gran extensión de terreno y la vaquería de La Salle a la Asociación Provincial de Niños y Adultos Especiales (ASPRODES). Se trataba de crear dos nuevos centros municipales, un Club de Ocio y Tiempo Libre, y un Centro Ocupacional Agrícola y Forestal. Ambos centros estuvieron dirigidos por una Junta Rectora en la que participó el Consistorio.

En los arranques de la década de los ochenta no había nada para los discapacitados mayores de 18 años, no tenían donde ir. Pedro Serrano, presidente de ASPRODES, fue el gran artífice de la expansión y de la creación de recursos para la asociación que dirigía con gran eficacia.

Se instalaron invernaderos para flores y plantas ornamentales, y colaboraron en el mantenimiento del vivero municipal y en el de algunos jardines. Comenzaron a trabajar 30-40 discapacitados recibiendo el salario mínimo y logrando a su nombre la tarjeta sanitaria de la Seguridad Social.

ASPRODES y el Ayuntamiento avanzaron en su colaboración, suscribieron un contrato de servicios técnicos de jardinería. Siete chicos, que se habían formado asistiendo a cursos de floricultura, atendían por 250.000 pesetas mensuales algunas zonas verdes de la ciudad. Era la primera vez que una corporación municipal se metía en una aventura tan apasionante, la inserción laboral de los discapacitados.

El Centro Ocupacional para chicos y chicas discapacitados y el Centro Agrícola y Forestal de La Salle fueron otras formas novedosas de actuación en este mundo que conocía profesionalmente y con el que estaba comprometido. Flores y plantas se comercializaban en distintos lugares de los mercados Central y San Bernardo, puestos a disposición de ASPRODES por cien pesetas de renta al mes.

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