Desde que el Rivendel dejó de ser lo que era, un bar mítico de la noche salmantina popular por varios motivos, ha iniciado una nueva etapa.
Desde que el local dejó de ser un bar de copas, birras y demás no ha podido enderezar el rumbo.
Ni siquiera cuando se sometió a una profunda reforma y se convirtió en una bar capaz de abrir sus ventanales a la plaza de San Justo como si fuera un beach club, por si viene otra pandemia.
Se convirtió en un bar de tapas, pero no cuajó y volvió a c errar.
Ahora vuelve a tratar de ganarse el favor de los clientes con una nueva propuesta, también como bar de tapeo en una de las plazas preferidas por los estudiantes.
Viendo la carta de pinchos, raciones y bebidas, son indiscutiblemente el objetivo de la nueva gerencia, sin olvidar a los turistas, que cuando vean la carta y los precios se quedan, fijo.
Ahora se llama La Charcutería, con lo que no permite especular sobre sus especialidades. Ofrece montaditos ibéricos de de tortillas varias por 1,30 euros (también el de jamón ibérico de cebo), pinchos de cocina por 1,5 euros, raciones ente 4 y 10 euros,… una carta reducido pero contundente y desengañada, que se puede acompañar con porrones de cerveza y vino por 45 el medio litro y 9 euros el litro. Esto puede sacar de nuevo a la chavalería de las pizzas del Mercadona en casa y ampliar su estancia en San Justo.




















