Querido, afectuoso y cercano es el recuerdo que cada 31 de diciembre le dedica la asociación Memoria y Justicia de Salamanca a Miguel de Unamuno, porque como compartió Julio Fernández, su presidente, don Miguel fue una víctima más de la Guerra Civil.
Tal día como hoy, de 1936 moría en Salamanca, en su casa, Miguel de Unamuno. Hace frío en el cementerio capitalino a las 11.00 horas, el nicho de Unamuno está bajo los soportales y a la sombra, pero se respira un ambiente cordial, afectuoso… Los presentes se felicitan las fiestas y se reparten buenos deseos.
En esa atmosfera se recuerda a una de las grandes mentes que hemos tenido en nuestro país. Decía Ortega y Gasset que al apagarse su voz –hay investigaciones en curso que apuntan a que se la silenciaron- cesaba la voz más importante de España.
En esta 20 edición, el encargado de homenajear a Unamuno ha sido el periodista Jesús Martín Inés. Recordó a don Miguel y se acordó de los fusilados de Béjar un día después de que falleciera Unamuno y de las 143 personas que fueron asesinadas en las tapias del cementerio San Carlos Borromeo durante la Guerra Civil. De hecho, Martín Inés extrajo de una carta escrita por el rector unas palabras donde hablaba del encarcelamiento camuflado en el que vivía y que todavía no lo habían fusilado. Era incómodo para el franquismo y quizá por eso falsearon su muerte.
Martín Inés reclamó voces críticas y más conocimiento de lo que fue la dictadura. Mencionó en el San Carlos Borromeo varias encuestas donde se señala el auge de la extrema derecha y otra en la que se piensa que el feminismo ha llegado demasiado lejos.
Esas valoraciones ponen también de manifiesto el escaso conocimiento que se tiene sobre lo que ocurría en el franquismo, donde las mujeres no tenían derecho ni a abrir una cuenta corriente o salir del país sin supervisión del marido, tutor o padre; donde los homosexuales estaban perseguidos; donde la censura en los medios de comunicación era total… Todo esto y mucho más ocurrió durante los 40 años que gobernó en España el dictador Francisco Franco.
Martín Inés aludió a que Unamuno promovía la convivencia y la dialéctica sobre la confrontación; que enseñaba a dudar de todo; que es necesario el diálogo y acabó su sentido homenaje con un: ¡Viva don Miguel!
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