La protección a los parados en Salamanca ha caído a su nivel más bajo desde 2004, año en el que la economía crecía como un tiro y había 14.000 parados menos que en la actualidad.
El agotamiento de las prestaciones por el paro de larga duración y el recorte de su cuantía (el último aplicado por el PP en enero de 2013), sumado a la elevada tasa de desempleo, que hace que haya menos gente generando el derecho a una prestación, han hecho que cuando más se necesitaban estas ayudas, mayor haya sido el desinterés del Gobierno para rescatar a quienes se han quedado en la cuneta.
A diferencia de lo que ha ocurrido con la banca, que ha sido generosamente regada con dinero público a fondo perdido, las ayudas al desempleo lejos de reforzarse en tiempos de crisis, han ido a menos.
El resultado ha sido que el pasado mes de febrero acabó con solo un 44 por ciento de cobertura por desempleo (solo de cada cien parados percibían alguna ayuda). Y lo peor es que de los que cobran algo, la gran mayoría perciben ya subsidios de 426 euros.
Como cuando no se necesitaba
Esta cobertura del 44 por ciento es similar a la existente en 2004 y en 2005 (44.2 por ciento), cuando ni siquiera había indicios de crisis.
A partir de ahí, la tasa de cobertura fue creciendo, porque empezaban a caer en el paro trabajadores que tenían la antigüedad suficiente como para agotar los dos años de prestaciones.
En 2009 y 2010 se alcanzó la tasa de cobertura máxima en Salamanca, con un 57,7 por ciento en ambos años.
En 2011, coincidiendo con la llegada del PP al Gobierno, comenzó a aumentar el paro y a bajar el número de desempleados cubiertos por las prestaciones, hasta tocar fondo, de momento, en febrero pasado, con un 44%.