Los hermanos Diego (18 años) y Pablo Ledesma (17) comparten vestuario en el quipo de regional juvenil del Salmantino. Ambos quieren convertirse en futbolistas profesionales para compensar el sacrificio que han hecho por ellos sus padres, pero tienen los pies en el suelo y si el fútbol se tuerce saben lo que quieren.
Los dos llevan una vida futbolística paralela, desde las categorías inferiores de la base. Ahora llega el momento de la verdad para saber si pueden seguir adelante y ganarse la vida con el fútbol o si tienen que cambiar de planes.
«Lo que nos motiva es sacar adelante el trabajo que han hecho nuestros padres, el sacrificio, porque hemos estado un año viniendo de Saucelle a Salamanca y son muchos kilómetros, y queremos devolverles el favor, a ver si podemos compensarles de alguna manera», explica Diego.
«Mi padre nos trajo a pruebas yo en benjamín y mi hermano en alevín, yendo y viniendo. Eran 100 kilómetros, y luego nos vinimos a Salamanca con mi madre y mi padre se quedó allí. Han tenido que estar casi separados y queremos compensarles por todo lo que han hecho por nosotros«, concluye Pablo, el más joven.
Demarcaciones
Diego, el mayor, es medio centro, aunque puede jugar de delantero o extremo. Es técnico y reconoce que tiene que intentar templarse porque «me pongo algo nervioso porque quiero hacer las jugadas muy rápido y mi punto fuerte no es la velocidad. Yo, con el balón en el pie y empiezo la jugada». Su ídolo es Pirlo y en España, Iniesta.
Pablo es central ambidiestro, por lo que puede jugar de central izquierdo o diestro. Seu modelo es Sergio Ramos y cuando juega «procuro hacerlo lo mejor posible y no cometer errores».
Quieren llegar a ser profesionales «y poder vivir un poco de esto, que nos ayude. Si encontramos un trabajo y lo podemos compaginar, mejor. Ya que hemos llegado hasta aquí habrá que intentarlo», explica el mayor de los hermanos. Pablo, el pequeño, dice que «por lo menos queremos quedarnos con la conciencia tranquila de haberlo intentado».
Si el fútbol se tuerce tienen plan B. «Mi padre tiene un restaurante y si esto falla yo, por lo menos, sé que estudiaría algo de hostelería para trabajar con él o montar otra cosa», relata Diego, que ahora estudia segundo de Bachillerato.
Pablo, por su parte, prefiere seguir vinculado al deporte. «El tiempo que esté en Salamanca tengo pensado estudiar Educación Física, y si el fútbol no avanza me dedicaré a estudiar para tener un futuro mejor. Pero, de momento, intento compaginar primero de Bachillerato con el fútbol».
1 comentario en «Dos hermanos en busca de un sueño»
Sí queréis triunfar dejar de chupar balón y de discutir ji ji animo una gran familia