[dropcap]»N[/dropcap]adie puede despertar de un sueño si piensa que no es el soñador. Nadie sale de un programa si piensa que su vida no está condicionada por ellos. Tú eres el soñador de tus sueños. Tú eres la causa y no el efecto. Tus proyecciones hablan de tus programas y tus juicios de tus justificaciones. Despertar a esta verdad se hace urgente. El mundo necesita tu toma de consciencia. Tu liberación es la de todos» (Enric Corbera)
¿Por qué no te vas de lo que te duele? ¿Por qué no abandonas eso que te cansa tanto? ¿Por qué no abandonamos, por qué no nos vamos? ¿Por qué permanecemos en un intento infundado y desasosegante para lograr algo que nunca llega, por qué seguimos por seguir, por qué estamos empecinados con tanto ansiedad y tanta insensatez en agotarnos? ¿Para qué seguimos engañándonos? ¿Necesitamos un golpe brutal que nos despierte, no existe otra forma de despertarnos?
Imagina una pesadilla. Estas soñando un sueño terrorífico. Te ves inmerso en una situación irreal, algo que (sabes) no tiene ni pies ni cabeza pero, emocionalmente, sientes como verdadero. Sientes que ese miedo, ese sabor de boca amargo, ese vértigo, es muy real. Imagina que la pesadilla sigue. Estás a punto de caer por un precipicio, de ahogarte, de morir… y justo en ese momento, justo en esa situación límite, decides despertar. Tú mismo te das la orden porque tú mismo decretas algo así como «bueno, ya está bien. Este sueño se acabó. Me despierto». O es tu inconsciente quien, de pronto, con una taquicardia, un buen susto, sudando, hasta gritando, hace que abras los ojos.
Exactamente a eso te estás llevando en la vida, tu vida que crees tan real. En ese mismo estado de angustia límite que implica una pesadilla inaguantable nos estamos situando. La vida personal, la política, la sociedad, tu economía y la del resto, tus relaciones personales, el sexo, la pareja, la fiesta… todo parece emponzoñarse por momentos, descabalarnos el sentido y el alma, reventarnos, cansarnos, desmotivarnos. O inmensa tristeza o gran ansiedad o tremenda huida. Se acabaron los términos medios. Ni hay equilibro ni lo queremos.
IRSE: Invitado a Resetear Sentimientos y Emociones. Invitado a despertar a otro estado de consciencia. Invitado a evolucionar.
Querido soñador: éste es el final de la pesadilla. Nos vemos (juntos, por supuesto) al otro lado de los sueños. ¿Decretas despertar?