[dropcap]E[/dropcap]s uno de los lugares claves para entender el levantamiento comunero en Salamanca. Un pequeño convento con su iglesia fueron fundados por Sancha Maldonado entre 1460 y 1470, confirmándose la edificación del monasterio por una bula papal otorgada por Sixto IV diez años después, en 1480.
El convento primitivo no es el que actualmente contemplamos. Alonso de Fonseca II costeó las obras del actual monasterio en 1512 para acoger monjas de clausura de la tercera orden de San Francisco y establecer en su iglesia un cenotafio para su enterramiento. Aprovechando la bula papal se cambió la advocación de convento, que pasó de estar dedicado a Santa Úrsula a ponerse bajo el patrocinio de la Anunciación de Santa María. Sin embargo, los salmantinos siguen llamándolo por el nombre primitivo.
La riqueza del proyecto del arzobispo Fonseca chocó con la austeridad de la orden franciscana. Por este motivo contó con la oposición de Jaime de Atienza, doctor de la Universidad de Salamanca y provincial de la de Santiago. Al morir éste en 1486 le sucedió en el cargo Juan Tamarit. Más conciliador, rechazó la jurisdicción sobre este convento en beneficio del arzobispado de Santiago, como pretendía Alonso de Fonseca II.
Sancha, que ostentó el cargo de abadesa, era familia del comunero Pedro Maldonado, pero también era tía del arzobispo Fonseca II, prelado que llegó a ostentar el título de Patriarca de Alejandría después de renunciar al arzobispado de Santiago en 1506. Por lo tanto, la abadesa estaba emparentada con los dos bandos en contienda. En el templo se encuentra enterrado también el mayordomo del arzobispo, en una hornacina plateresca. La abadesa Sancha, con fama de santa, llegó a conocer el nuevo convento, pero no consta que viviera la revuelta comunera.
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