El Consejo de Gobierno de la Universidad de Salamanca aprobó este jueves una declaración institucional en defensa de la Universidad de Salamanca que pone de manifiesto los graves problemas a los que se enfrenta la institución, que incluso pueden comprometer su futuro y el de su entorno social y económico, solicitando en la misma el apoyo de todos los agentes socioeconómicos, tanto públicos como privados, para que promuevan las medidas que reviertan esta situación.
En los últimos años la Universidad de Salamanca ha perdido cerca de 350 trabajadores y ha sufrido una merma en la financiación que recibe para afrontar sus gastos de personal de más de 20 millones de euros.
Teniendo en cuenta que su plantilla es una de las más envejecidas de todo el sistema universitario español, «esto supone que es una de las que más capacidad pierde y de las más afectadas por la reducción de su presupuesto», indica.
Por ello, la declaración contempla, igualmente, solicitar el apoyo explícito de los agentes socioeconómicos a la denuncia del grave problema que puede llegar a suponer esta situación «en un entorno que tiene en la Universidad uno de su más importantes activos».