Pablo de la Peña expone hasta el 12 de abril en la cafetería de El Casino una serie de 16 fotografías
El fotógrafo salmantino expone en El Casino ¡Qué sea la luz! Y, con ese título, es de obligado cumplimiento preguntarle a de la Peña qué es para él la luz. «Aquello que lo dibuja todo a nuestros ojos».
Son 16 instantes de un peregrinar a lo largo de un lustro. «Son una serie de fotografías con un contexto cerrado, una lectura intelectual, cada una de ellas cuenta una historia», define Pablo de la Peña su muestra.
Al ser fotografías de distintos momentos, el autor ha ganado miedo y ha perdido inocencia, «porque cada vez tengo más responsabilidad y pudor y eso me hace perder la inocencia de las primeras exposiciones».
¿Por qué?
Porque ahora estoy en un momento en el que doy pasos en mi profesión y tengo mucho respeto a la hora de mostrar mis obras.
Pero, su ojo de fotógrafo lo ha tenido siempre.
Sí, pero ahora me tiene que convencer mucho una imagen para mostrársela al público. Siempre he hecho fotos para mí y ahora las hago para que las vean y las juzguen otros. Me gustaría abrirme camino en este oficio.
¿Qué vías quiere transitar en la fotografía?
Me gustan los retratos de autor, pero en principio no me pongo metas. Ahora mismo estoy preparando una exposición, para la que necesito personas que altruistamente posen para mí, por lo que desde aquí lanzo el guante a las personas que quieran dejarse fotografiar.
¿Qué tiene que tener delante para que se decida a fotografiarlo?
Memoria. Me explico: la fotografía tiene mucho de recuerdos, el inconsciente busca algo que le ha gustado. Por ejemplo: me encanta el jazz, por lo que siempre que veo a un músico intento fotografiarlo. No te das cuenta de ello, hasta que no lo has hecho. No inventamos nada.
La exposición repasa cinco años de su trabajo. ¿Le ha sorprendido alguna de las fotografías?
Me ha sorprendido la vida que adquieren al convertirlas en papel, porque en algunas de ellas no me esperaba el resultado. Parecen más vivas que en el ordenador.