A escasas horas que de desaparezca el régimen de cuotas lácteas que ha regulado el sector durante más de treinta años, una buena parte de las industrias que operan en el mercado nacional de la leche pretenden imponer, a través de los contratos que tienen que suscribir con los productores, condiciones asfixiantes y fuera de toda lógica.
Esta agrupación agraria señala que «se imponen a los ganaderos precios muy por debajo de los costes de producción y límites en las cantidades a entregar a la industria, en algunos casos con cuotas incluso mensuales, y además se prevén penalizaciones por si existieran incumplimientos».
Por su parte, el sector ganadero de leche ha vuelto a hacer sus deberes, amoldándose al nuevo escenario sin cuotas lácteas que se presenta a partir de este miércoles, 1 de abril. Las grandes inversiones en las explotaciones dirigidas a la modernización y el abastecimiento de animales, «han significado la solicitud de créditos que suponen un varapalo económico si se tiene en cuenta que actualmente los precios de la leche reflejados en los contratos llegan, en algunos casos, a los 28 céntimos/litro», cuando los costes medios de producción son de 35 céntimos por litro.
Márgenes de la industria
«El resultado de estos precios inasumibles para el sector productor son los márgenes de beneficios anuales que vienen presentando desde hace años las industrias«, indica Asaja.
Por si esto fuera poco, en este momento de desaparición del régimen de cuotas, determinadas industrias lácteas presentan a los ganaderos unos contratos fuera del plazo establecido por la nueva normativa (2 meses con antelación a la firma), sin posibilidad de ser negociados y con cláusulas «vergonzosas que ponen en serio peligro la viabilidad de las explotaciones lecheras», explica Asaja.
Uno de los requisitos que las industrias están poniendo como condición a los ganaderos es la limitación de su producción anual, entre un 5-10% inferior a las entregas del año anterior, así como una limitación a la producción mensual.