La exposición ‘Enredado en mi cabeza’ que se puede ver en el Palacio de Garcigrande repasa la historia del Ejercito a través de sus boinas
Parece ser que la boina nos llegó por el Pirineo vasco-navarro a finales del siglo XVIII en la cabeza de un repatriado que la importó de Escocia. Aquí, se le dio una nueva forma y estructura hasta llegar a la actual, que se extendió por todo el país e incluso por otros que en su nombre no olvidan su procedencia: Empezó a usarse como prenda militar en la primera guerra Carlista (1833-1840) por su flexibilidad y escaso peso y volumen, constituyendo con una borla pendiente de su centro, el verdadero símbolo de las tropas carlistas.
Generalmente, era encarnada aunque también se usó blanca, color preferido por Margarita de Parma, esposa del pretendiente Calor VII. Se llamaron ‘chapelgorris’ a los que la llevaban roja y ‘chapelchurris’ a quienes la tocaban blanca.
También sirvió como medida volumétrica para productos sólidos cuando el abanderado retira las raciones, su boina servirá de medida: tanto soldados tienes en tu compañía, tantas boinas de garbanzos, patatas, harina son adjudicadas para la tropa.
En cuanto a la historia que vincula la boina con el Ejército, hay fechas claves. La R.O.C. de 31 de julio de 1924, la establece para el Ejercito. Por Orden del 25 de agosto de 1930 fue suprimida e implantada la gorra de plato.
Durante la Guerra Civil, la boina se recuperó por los dos bandos.
Durante el siglo XX se suceden las órdenes que regularán su uso y color en determinadas Unidades. Pero, es la Instrucción del EME de julio de 1986, la que ordena en cuanto a las boinas lo siguiente: deben ir sin divisa, la boina en general, excepto las excepciones , es de color caqui, con una galleta con el emblema del Ejército orlado y en color dorado, excepto las unidades que ya lo tuvieran anteriormente sin orlar.
Para generales, orla de hojas de laurel, jefes oficiales y cadetes, orla de hojas de robles, suboficiales y alumnos, hojas de encina.
Todo esto y mucho más es lo que se puede ver y apreciar en la muestra ‘Enredado en mi cabeza’ que se ha inaugurado hoy en la sala de exposiciones del Palacio de Garcigrande, con presencia de altos cargos militares y personalidades políticas y sociales.