El trabajo desarrollado desde hace dos meses por los setenta efectivos del Regimiento de Ingenieros de Salamanca, de la Unidad de Ingenieros de Apoyo al Despliegue en Iraq, está dando su fruto y, sobreponiéndose a las dificultades que conlleva la ejecución de un proyecto de esta envergadura tan lejos de España, la Base Gran Capitán ya empieza a ser una realidad.
Planificada sobre una superficie de unos 45.000 metros cuadrados, la Base ha sido diseñada para albergar a unas 450 personas, con una infraestructura final que ha de cumplir todos los requisitos de seguridad, vida y trabajo, para el cumplimiento de la misión.
Localizada en las proximidades de la localidad iraquí de Besmayah, a unos 60 kilómetros al sur de Bagdad y situada en el interior de una importante zona de adiestramiento militar, diseñada en su momento por militares estadounidenses, la Base Gran Capitán se encuentra contigua a una base militar iraquí, en las cercanías del área de vida y adiestramiento del personal a instruir, y a no mucha distancia de la base americana, FobHammer…
En principio la base española está situada en una “zona segura” en la que, para acceder a ella, hay que superar un gran número de controles, “checkpoint”, y vigilancias de zona, cuyo propósito es el de disuadir, detectar y dificultar, en lo posible, la infiltración y el avance hasta el área de habitabilidad de cualquier elemento hostil.
No obstante y aun disfrutando de una situación de normalidad, teniendo en cuenta el escenario en el que viven y trabajan los soldados españoles, la construcción de instalaciones de seguridad y protección del personal, han ocupado el 85% del tiempo de trabajo del equipo de Ingenieros y de los recursos invertidos hasta el momento. Entre esas medidas destaca la demarcación de todo el perímetro de las instalaciones españolas con los famosos “T walls”, unos bloques de hormigón con una base en forma de “T” y que, colocados en vertical, miden casi cuatro metros de altura… A esto hay que añadir la instalación de torres de vigilancia, también de hormigón, distribuidas por todo el contorno.
Problemas y calor extremo
Entre las muchas dificultades que ha habido que ir salvando durante estos dos meses, el teniente coronel César De Cea destaca la escasez de materiales disponibles en zona y lo problemático que resulta conseguir lo necesario, con los parámetros de calidad exigibles, en cada momento.
Debido a las condiciones de calor extremo en donde se ubica la Base, una zona predesértica muy árida, el Tcol. De Cea considera como el factor de planeamiento más importante, el de asegurar el adecuado suministro de energía eléctrica que permita atender holgadamente, entre otras necesidades, la climatización de todas las áreas y zonas de la Base.