La Casa Lis expone hasta el próximo día 1 de septiembre una impresionante muestra de Coco Chanel y sus amigos, entre ellos Dalí, Picasso, Fenosa,… Imprescindible la visita para los entusiastas de la moda y los amantes del arte
[dropcap]I[/dropcap]nnumerables frases se le atribuyen a Coco Chanel, uno de los genios más importantes que dio el pasado siglo. Entre ellas: «Sólo es irresistible lo que es diferente». Ella lo era, incluso en esta exposición que se puede ver hasta el 1 de septiembre en la Casa Lis, donde se hace un repaso de su faceta menos conocida, la de mecenas. Es diferente, porque como explicó Marisa Oropesa, una de las tres comisarias de la muestra, primero escogieron el nombre de la exposición: ‘Coco Chanel y sus amigos’, cosa que es muy rara, porque lo lógico es comenzar por los artículos, y luego buscar un nombre que los aglutine.
Una vez que se tuvo el nombre, comenzó el arduo trabajo de encontrar qué iban a colocar en las vitrinas, paredes y tarimas de la Casa Lis. «Nos ha costado seis meses reunir todas las piezas que se exponen, casi ha sido un milagro, porque una muestra de estas características conlleva, al menos, tres años de preparación», explica Pedro Pérez Castro, director del Museo y comisario de la exposición.
Los comisarios, Pedro Pérez Castro, Marisa Oropesa y María Toral, han conseguido que la Fundación Fenosa, la familia de José María Sert y siete coleccionistas particulares, tres de Barcelona y cuatro de Madrid, entre los que se encuentra Carmen Martínez Bordiu, les cedieron las piezas para esta impresionante colección, donde se mezclan diseños, bocetos o complementos, con obras de Picasso, Dalí, Cocteau, Juan Gris, Óscar Domínguez, Giacometti o Demetre Chiparus. También se puede ver un audiovisual de ‘La consagración de la primavera’ obra de Stravinsky. Una pieza muy importante para Coco Chanel, tanto es así que la subvencionó con 200.000 francos franceses de la época para que se pudiera reestrenar.
Ver la exposición como puede contemplarse desde el pasado día 16, implica muchos quebraderos de cabeza, que todas las piezas estén en la Casa Lis en tiempo y forma y que grandes profesionales dediquen imaginación y esfuerzo a que los artículos luzcan más hermosos aún que cuando fueron concebidos por la propia Chanel.
Es tan detallista la muestra que incluso se recrea la famosa escalera de espejos que aún hoy se puede ver en la Maison Chanel en París. Ella se colocaba en la primera planta y veía desfilar a sus modelos, desde esa atalaya comprobaba la reacción de sus clientas y de los periodistas de moda, sin ser vista. Hay fotos íntimas, donde se puede apreciar la relajación en su rostro y, para los más curiosos, hay un audio donde se escucha a la diseñadora, quien siempre tuvo fama de borde y exigente.
Coco Chanel era inteligente, muy inteligente, pero no culta. Eso sí, supo labrarse buenísimas amistades que la introdujeron en el mundo de la cultura. Ella lo aprovechó y devolvió parte de lo aprendido, convirtiéndose en mecenas de artistas que llegaban a París, entre ellos Apeles Fenosa, un joven escultor español al que convirtió en su amante durante un año y con el que vivió un pasional romance en el Ritz.
En palabras de Pedro Pérez Castro, «esta exposición es divertida, didáctica y sorprendente». Es un repaso a la vida de una mujer que marcó una época en la industria de la moda y que supo codearse con los más grandes, por lo que teniendo a Coco Chanel como eje central, se viaja por el periodo de entre guerras, quizá la época más importante de la historia del arte.
1 comentario en «Las ‘enaguas’ de Coco Chanel»
¡Siempre brillante en tus apreciaciones, querida periodista!