Los obreros que trabajan en la reforma de La Alamedilla no tuvieron fiesta este jueves.
Como si de un día laborable se tratara, allí estaban los operarios y las máquinas trabajando a destajo para acabar los trabajos antes de abril que es el objetivo del Ayuntamiento.
Esas prisas de última hora contrastan con el retraso en el inicio de los trabajos, a pesar de que hubo que esperar a que las manifestaciones de los vecinos hicieran desistir al alcalde de construir un parking en el subsuelo del parque.
Uno de los pocos proyectos que puede presentar Mañueco en su balance de la legislatura llega tarde, él no podrá inaugurarlo por imperativo de la ley (no se puede hacer en los 54 días anteriores a los comicios) y quiere que estén terminados los trabajos a finales de abril, como anunció en una reciente visita al parque.
Cuatro años para hacer una obra de meses, y hay que terminarla haciendo trabajar a los obreros en los festivos.