¿Por qué se plantan cipreses en los cementerios?

Mariam Tartáguila, Alicia León y Ana Pérez, de la Asociación de Jóvenes Investigadores de Salamanca -INNOVA- y dentro de las actividades culturales de la Universidad, fueron las encargadas de explicar en el taller 'Naturaleza Urbana'.

Mariam Tartáguila, Alicia León y Ana Pérez, de la Asociación de Jóvenes Investigadores de Salamanca -INNOVA- y dentro de las actividades culturales de la Universidad, fueron las encargadas de explicar en el taller ‘Naturaleza Urbana’ los tipos de árboles que se encuentran, por ejemplo en el parque de los Jesuitas, a un grupo de niños.

DSC_0367_700x469El taller se enmarca dentro de la ‘Primavera Científica’ y tiene el objetivo de observar y enseñar en familia curiosidades acerca de la flora y fauna de los parques salmantinos.

Las tres biólogas recorrieron el parque junto a un grupo de entusiastas niños y sus padres y en el peregrinar por los Jesuitas, se hizo parada en un ciprés.

Mariam Tartáguila les pidió que cogieran una hoja y la primera sorpresa fue que, aunque los niños fueron muy respetuosos y sólo tomaron una pequeña muestra, Mariam Tartáguila les explicó que al ser escamada, «en esa minúscula ‘hoja’ se encuentran más de sesenta». Los niños se quedaron mirándola entusiasmados.

DSC_0370_700x469Les explicó porque estos árboles son de hoja perenne. «Viven en las montañas y no pueden perder las hojas todas a la vez porque dejarían de ‘comer’ y morirían».

¿Sabéis que árbol es éste?
Un ciprés. – respondieron los niñ@s-

Efectivamente, es un ciprés. Y, ¿sabéis por qué se plantan en los cementerios?
No. 


Mariam Tartáguila
les contó que había tres razones para plantar cipreses en los cementerios. Una vinculada a la Fe. «Porque al tener la forma alargada, los creyentes dicen que es el dedo de Dios que indica a las almas el camino al cielo. La segunda, la más científica, es porque su raíz es muy, pero que muy profunda y sus ramificaciones son horizontales, por lo que no levantan las tumbas al crecer». Y por último, contó una historia de la mitología Griega. Dicen que cuando un peregrino veía una casa con un ciprés en su puerta, podía pararse a descansar. Si eran dos los cipreses plantados, podía pedir agua y si eran tres los árboles que adornaban la entrada, incluso se podía quedar a dormir. «La mitología asocia los cipreses a la hospitalidad».

La mañana continúo por el parque de los Jesuitas conociendo los árboles de hoja caduca y la edad de los mismos, con los anillos de su tronco.

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