El Guijuelo tenía este sábado una cita crucial para calibrar sus opciones para meterse en los puestos que dan derecho a jugar el play off por el ascenso a Segunda. Y pinchó.
Los chacineros se dieron un tiro en el pie, se empeñaron en perder y se despeñaron. Y, lo que es peor, dejando un mal sabor de boca entre la hinchada que esperaba bastante más de su equipo.
Recibió al Lealtad, un conjunto en puestos de descenso, que se juega la vida en cada choque, y no pudo con él.
Los asturianos se adelantaron en el marcador a la hora de juego, y siete minutos después sentenciaron el partido, ante un Guijuelo sin ideas precisamente cuando más claridad y ganas hay que tener.
Lambarri redujo distancias en el 69, pero ahí se quedó todo.
Hasta ahora el Guijuelo lo tenía difícil, pero si uno se empeña en no ganar, no gana. A partir de ahora solo un desastre entre los de arriba puede meterlo en puestos de play off, pero si las cosas siguen así peligra, incluso, su clasificación para la Copa.
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