Belén Rodríguez es una de las fundadora de El Ojo del Gallo una iniciativa que nace desde la fotografía con la intención de dinamizar y documentar la vida cultural de Salamanca, donde se encuentran integrados jóvenes de 16 años hasta personas de más de setenta. Se dieron cuenta que los artistas en Salamanca estaban en auge y ebullición, pero un poco aislados y por este motivo crean Activos Culturales de Salamanca cuyo fin es ser un punto de encuentro y documentar todas las expresiones culturales que se pueden ver en la ciudad y crear sinergias entre ellos.
¿Tienen una labor un poco Quijotesca?
Sí, pero la parte de El Quijote híper cuerda. Gastamos energía y nuestro tiempo. Sólo ganamos el trato humano y tener personas a nuestro alrededor con los mismos intereses culturales y artísticos.
¿En qué consisten los activos culturales?
Nosotros nos reunimos con tres o cuatro artistas y ellos nos exponen sus trabajos. Al concluir, les preguntamos a quién proponen para el siguiente encuentro y ellos nos van dando nombres. Así se van formando las sinergias entre todos los creativos. Son ellos los que nos hablan de los artista que están escondidos, que no tienen visibilidad, o bien porque trabajan en los pueblos o porque no han expuesto. Sin olvidar a los grandes profesiones. Así creamos una red y los catalogamos, porque es muy importante conocer los activos culturales que tenemos en Salamanca tanto a nivel individual, grupal, asociación… Estuvimos hace unos días en Ciudad Rodrigo para conocer el Centro Social Aldea, una iniciativa magnífica. La Querida, la casa de Raúl Vacas… Son iniciativas fantásticas que hay que fomentarlas.
¿Por qué el nombre El Ojo del Gayo?
Porque los primeros encuentros se realizaron en la sala El Gallo, pero pensamos que si seguíamos allí siempre, de alguna forma nosotros nos estábamos aislando, por lo que hemos decidido ser el grupo ‘nómada’ de Salamanca y cada dos jueves nos reunimos en distintos locales de la ciudad.
¿También recorren la provincia?
Sí, por cada cuatro activos culturales que organizamos en Salmanaca, uno lo hacemos en un pueblo, el último se hizo en Ciudad Rodrigo. Pretendemos que sea una labor larga en el tiempo. Queremos sacar un testimonio gráfico del arte que se cuece en Salamanca, con entrevistas pequeñas a los artistas, donde se resume el trabajo de cada uno de ellos.
¿Por dónde van los movimientos culturales de Salamanca?
Los movimientos en Salamanca los veo en plena efervescencia, pero también tengo que hablar de una pequeña desconfianza de los propios artistas. Por ejemplo, El Ojo del Gallo tiene un año de funcionamiento, pero con personas que están en la cultura desde hace muchos años. Como no nos conocen, hay un cierto resquemor castellano de quién son estos y qué persiguen,… Les enseñamos la web y les decimos que no hay más trampa. Creo que le falta un pelín de confianza para que ellos comprueben que desde El Ojo del Gallo lo que se pretende es darlos a conocer, sin más.
Algo parecido a lo que hace el Barrio del Oeste…
El Barrio del Oeste ha aportado muchísimo. Es el Soho de Salamanca, donde han surgido muchos movimientos. La labor de Inma Cid es alucinantes. Han remozando un barrio obrero, ¡Ojalá haya más iniciativas de estas! Tendrían que surgir en otros barrios de Salamanca. Hay iniciativas privadas y desde aquí, tengo que denunciar que desde la Junta, Diputación y Ayuntamiento no les están echando una mano en condiciones, porque no hay medios, vamos a golpe de corazón,… No sólo hay que apoyar una exposición, sino que deberían venir a los eventos, que vivieran la esencia de la cultura en Salamanca.
¿Qué importancia se le da a la cultura en Salamanca, teniendo en cuenta que está en el lema ‘Salamanca ciudad de cultura y saberes’?
Muy poca. Soy muy crítica. Hemos vivido del pasado y se ha quedado en el arquetipo de la Universidad. No entiendo porque la Universidad continúa estando tan aislada de la ciudad. He estado viviendo muchos años fuera de aquí y al volver me dio la sensación de que era un decorado de película. Muy bonita, con una iluminación divina, pero no tenía fondo, no tenía cuerpo. Me daba mucha pena, porque cuando estaba estudiando Filología íbamos al Juan del Encina a ver teatro por muy poco dinero. Había un ambiente muy cultural, pero se malversó. ¡Hasta qué punto la cultura aquí ha estado tan pisoteada! Tenemos que recuperarla porque hay muchas iniciativas. Por ejemplo en Morille, en Monleras,… se ha trabajado mucho y muy bien por la cultura. ¿Por qué se penaliza a estos pueblos en lugar de ayudarles? ¿por qué no se apoya a locales donde se están haciendo cosas?
¿Salamanca echa a los artistas?
Quizá eso es muy fuerte, pero no les brinda una oportunidad, porque está todo muy compartimentado, o es privado o es público, ¿por qué no hay un semi público en el que de alguna forma se pueda dar salida a su arte? Salamanca tiene mucho potencial, tanto que se podría exportar al resto de España, pero los salmantinos, no sé por qué, no se lo acaban de creer. Tenemos una ciudad con unas iniciativas fantástica. Es tal la cantidad de personas que tienen cosas que contar… pero cuesta y hay que hacer una labor de dinamización, que es lo que buscamos en El Ojo del Gallo. Desde Salamanca deberían hacer un esfuerzo muy fuerte las instituciones, no para mostrar una cultura de élite, más bien una cultura de calle, una cultura abierta que es un valor añadido a la ciudad.
¿Cuáles son los activos más fueres que existen aquí?
Hay dos palos muy fuertes que son la pintura y la literatura. De alguna manera, también la fotografía, porque es una ciudad muy fotogénica y de fotógrafos. Hemos tenido grandes fotógrafos como Pepe Nuñez, Gombau,… Pero, ahora hay un poco de desconocimiento. Hay asociaciones, hay algunas actividades estupendas, pero no se remata.
¿Qué propone usted?
Desde mi punto de vista, hay un antes y un después del cierre de establecimientos ligados desde siempre a la fotografía como fue Paulino. Ahora mismo si tienes que comprar un material un poco novedoso en fotografía tienes que ir a Internet, Valladolid o Madrid. O tienes una avería en la cámara y tienes que tirar de amigos para que te arreglen el zoom. El fotógrafo de toda la vida ha cerrado.
¿Qué le falta?
Ciertamente, a Salamanca le falta un centro o una escuela de fotografía. Este tipo de iniciativas serían muy importantes, porque hay muchísima afición aquí, pero andan todos dispersos. Me encantaría que hubiera un lugar donde los fotógrafos pudieran tener su estudio y que éste fuera público, que no tuvieran que pedir favores. Además, hay muchos lugares en Salamanca, no estoy diciendo que sean gratis, pero sí con un alquiler asequible. Eso fijaría población, porque si le das la posibilidad de poder crear aquí y poder vivir, se quedarían. Salamanca pasa del estudiante universitario al jubilado, el resto están desprotegidos. O tienes una plaza de funcionario o no tienes donde arrimarte. Que organicen talleres, pero por favor, que nos ayuden un poco, porque siempre tenemos que tirar del amigo. Echarnos una mano. Creo que se podría crear una galería de Salamanca Fotográfica, ¿por qué no lo hacen?