La Asociación ‘Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio’ considera que el documento del Reglamento de Utilización y Usos de la Plaza Mayor no establece ninguna novedad en la protección al monumento y pide al Ayuntamiento de Salamanca la aprobación de un Plan de Gestión Integral para regular la utilización y uso del espacio público en el conjunto de la Ciudad Vieja.
La Asociación “Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio” ha presentado alegaciones, durante el periodo de exposición pública, al ‘Reglamento de Utilización y Uso de Plaza Mayor’. El documento, de 11 páginas, que fue anunciado hace más de dos años y aprobado inicialmente en el pleno municipal del pasado 6 de febrero, tiene como principal obstáculo la voluntad del propio Ayuntamiento de Salamanca para hacer cumplir y, en su caso, sancionar todas las prácticas prohibidas al día siguiente de su entrada en vigor.
El nuevo reglamento es, principalmente, una recopilación de normas cívicas que ya son de aplicación en el ámbito urbano. Por tanto, no supone ninguna novedad cuando prohíbe la utilización de materiales que conlleven el menoscabo del monumento; la realización de grafismos e inscripciones en cualquier elemento (aunque podría ser autorizado); la colocación de cartelería publicitaria -en cualquiera de sus versiones- (aunque podría haber excepciones); el reparto de propaganda; el uso incorrecto de papeleras, farolas y bancos; verter desperdicios en el espacio público; la tenencia de animales o la generación de ruidos incumpliendo las correspondientes normativas sectoriales; la exposición de ropa y otros elementos domésticos; la circulación general de vehículos; y los actos incívicos o molestos de los clientes de los establecimientos.
A este respecto, cabe preguntarse cómo el Ayuntamiento de Salamanca va a evitar -que es lo interesante-, perseguir y sancionar que alguien se suba “a una farola” o realice “las necesidades fisiológicas en el espacio público de la Plaza Mayor o en los espacios privados de uso público de la misma” durante la celebración de la mal llamada ‘Nochevieja Universitaria’. Esta Asociación considera que la no celebración de conciertos, ferias o “nocheviejas” en el recinto monumental es la única forma de protegerlo ante usos que lo “deterioren, degraden o menoscaben”. Para todos esos eventos hay que localizar mejores ubicaciones que favorezcan su desarrollo sin que deje de ser un “lugar de encuentro y convivencia, para solaz y disfrute compartido por todos los salmantinos y visitantes”.
“Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio” ha transmitido al Ayuntamiento que el reglamento no aborda la integración de los establecimientos que, con una estética diferente, se han abierto en los últimos años, ni la deplorable imagen que producen otros tras su cierre y falta de cuidado; no se prohíbe la instalación de cableado (muy visible en accesos y soportales), ni compromete al Ayuntamiento en actuaciones hacia su eliminación; no se proponen mejoras a las ordenanzas de terrazas y de carga y descarga, ya que se sigue contemplando su coexistencia; no se prohíbe el mobiliario auxiliar de las terrazas; no se propone la eliminación de los toldos que todavía ciegan algunos arcos; no se regulan las tareas de mantenimiento periódico y uniforme de las ventanas y contraventanas -la carpintería de madera-, ante el desigual trato que reciben por parte de los múltiples propietarios; no se prohíbe el cambio del color de las luces artísticas; no se regula la utilización de las cubiertas, donde podemos contemplar antenas, chimeneas, buhardillas, terrazas, etc. que menoscaban el valor del monumento; ni el correcto estado de mantenimiento de canalones y bajantes, situación que está perjudicando gravemente la conservación de la piedra.
Celebraciones dentro del Ágora
En cuanto a la celebración de eventos en el interior del ágora, el reglamento autoriza los promovidos por el Ayuntamiento de Salamanca y todos aquellos que conlleven la promoción cultural, patrimonial, histórica, turística o económica de la ciudad, mientras garanticen la seguridad de las personas y del bien.
La Asociación teme que el factor “promoción de la ciudad” prevalezca, como hasta ahora, sobre la conservación del monumento y que la escasa precisión con la que está redactado el reglamento sirva para que todas las prácticas recogidas sigan teniendo cabida. También se ha trasladado la indefinición para delimitar el ámbito de aplicación, al carecer la Plaza Mayor de un entorno de protección (incumpliéndose la legislación); que no se establezcan pautas para una valoración justa y objetiva de los eventos no promovidos por el Ayuntamiento, lo que puede llevar a conflictos y polémicas; y se ha lamentado que, ni siquiera, se contemple la realización de estudios sobre la afección del ruido a la piedra del monumento durante la celebración de conciertos o se garantice la seguridad de las instalaciones eléctricas provisionales.
“Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio” ha concluido su análisis del documento pidiendo la aprobación de un Plan de Gestión Integral en el que se regule la utilización y uso del espacio público en el conjunto de la Ciudad Vieja, en la que estaría incluida la Plaza Mayor y todos los espacios públicos, especialmente los entornos más monumentales.
El reglamento para la Plaza Mayor se presenta como innecesario más de diez años después de que el Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO instase a redactar y aprobar un Plan de Gestión Integral que, con una visión integral, establezca prácticas claras, sostenibles y respetuosas con el patrimonio histórico en su conjunto.